Sumérgete en la historia de las Cuevas del Drach en Mallorca, donde el espeleólogo Édouard A. Martel descubrió uno de los mayores lagos subterráneos del mundo, que ofrece a los visitantes una experiencia única en el corazón de la isla.
Visitar las Cuevas del Drach (Porto Cristo, Mallorca) es una experiencia fascinante. Te transporta al Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne. Sentir esa masa de tierra sobre la cabeza y avanzar por sus galerías, viendo esas formaciones de rocas de apariencia marciana y de distintos colores, resulta entre un juego y una aventura no exenta de una pizca de nerviosismo. Pero más aún sorprende ver que dentro alberga un lago; pero no uno cualquiera, sino uno de los más grandes del mundo y, para colmo, ligeramente salado.
Patrimonio histórico
El descubrimiento real de las Cuevas del Drach, ahora unas de las más famosas de Mallorca, lo hicieron en septiembre de 1896 el espeleólogo Édouard A. Martel y su equipo al adentrarse en las profundidades de estas cuevas que abarcan unos 2.400 metros de longitud y alcanzan una profundidad máxima de 25 metros.
Tras explorar las diversas cámaras conocidas hasta entonces, se encontraron ante un desafío aún mayor: un lago subterráneo, sin explorar y rodeado de misterio. Y allá que fueron. Lo cruzaron y después lo bautizaron como el Lago Martel, por razones obvias.
Hoy en día, los visitantes de las Cuevas del Drach –declaradas Patrimonio Histórico de España y Bien de Interés Cultural– pueden seguir los pasosdel espeleólogo francés y explorar el increíble lago durante su recorrido por las galerías subterráneas. La visita, que dura alrededor de una hora, se trata de un paseo rodeado de miles de estalactitas y estalagmitas.
Las composiciones calcáreas, ricas en minerales como la calcita o la aragonita, son especialmente susceptibles a la disolución por la acción del agua de lluvia que se filtra a través de grietas y porosidades del terreno. Este proceso es el responsable de la formación de las cavidades subterráneas que caracterizan a las Cuevas del Drach. Con el tiempo, estas cavidades se agrandan,
dando lugar a las amplias salas y los impresionantes lagos subterráneos, como el emblemático Lago Martel.
Además, la visita incluye un paseo en barca por el lago, mientras un guía experto explica las formaciones la historia de las Cuevas. Al acabar el crucero es momento de escuchar el concierto en directo –se ofrece desde 1935– que consta de cuatro piezas de música clásica interpretadas por un cuarteto de músicos.
Proyección internacional: Unas cuevas de cine
Las Cuevas del Drach han sido el escenario de varias producciones cinematográficas a lo largo de los años. Uno de los ejemplos más destacados es su aparición en la película española El verdugo, dirigida por Luis García Berlanga en 1963. En esta película, las cuevas proporcionaron el telón de fondo para una escena emblemática que contribuyó a su reconocimiento como un lugar turístico destacado en la isla.