La magia de casarse en Menorca


Últimamente, empieza a ser habitual oír la coletilla “es que Menorca se ha puesto de moda”. Las playas vírgenes, recursos naturales como el Camí de Cavalls, los pueblos, las fiestas y el encanto mediterráneo de siempre, casi inalterado, captan la atención de aquellos que sueñan con unas vacaciones auténticas. Pero también la de quienes aspiran a darse el sí quiero en un entorno idílico. Porque Menorca, además de auténtica, es romántica. En los últimos años han proliferado en la isla los profesionales dedicados a este segmento de demanda, en consonancia, por supuesto, con el incremento del mismo. Empresas de catering, wedding planners, servicios de vídeo y fotografía, de estilismo, alquiler de fincas y también de vehículos, etc. Cuando hablas con ellos te das cuenta de que Menorca es un lugar ideal para los enamorados, no sólo por la variedad de localizaciones en un territorio tan acotado, sino por la belleza de las mismas. Las playas y calas de Menorca son uno de los espacios más solicitados. Aunque la gestión no es sencilla, no son pocas las parejas que se han dado el sí quiero al lado del mar. La mayoría de las celebraciones se concentran en la costa de Sant Lluís, en calas como Binissafúller, Binibèquer y Binidalí, aunque también las hay en playas como Son Bou (Alaior). [caption id="attachment_2236" align="aligncenter" width="1000"] Las playas y calas de Menorca son uno de los espacios más solicitados para las celebraciones nupciales.[/caption]   El campo también tira mucho. En este caso, a la creciente oferta de fincas privadas se une el encanto de los agroturismos u hoteles rurales, como Sant Joan de Binissaida (Es Castell), Alcaufar Vell (Sant Lluís), Sant Ignasi (Ciutadella) o Son Triay (Ferreries). Mención especial merece el predio de Sant Antoni, en el puerto de Maó. Conocido también como The Golden Farm, Sant Antoni juega con ventaja entre los enamorados. Y es que, según cuenta la leyenda, esta casa fue testigo de la historia de amor entre Lord Nelson y Lady Hamilton. También en el campo ejercen especial atracción las viñas de Bodegas Binifadet, en Sant Lluís.   https://www.instagram.com/p/BXHuZPpgUIE/?taken-by=benjaminriquelme_   Palacios de la nobleza, en Ciutadella, y hoteles boutique como el Jardí de ses Bruixes, en Maó, también son escenarios que seducen a los novios, muchos de ellos extranjeros, que llegan a Menorca atraídos por su condición de wedding destination, aunque la mayoría eligen la isla por algún tipo de vínculo emocional. Entre los espacios más originales se encuentran unas canteras abandonadas en Alaior, el puerto de Sanitja, la fortaleza de La Mola, el poblado de Binibèquer Vell, el faro de Artrutx, las Salinas de Fornells, los acantilados de Cala en Porter e, incluso, la Illa del Rei, un pequeño islote del puerto de Maó con una intensa historia en la que se mezclan los primeros cristianos, el rey Alfons III y la armada británica.   https://www.instagram.com/p/Bb6QVOSgCqI/?taken-by=benjaminriquelme_ Resulta, pues, difícil no sucumbir a los encantos de Menorca. Tan es así que hasta se está haciendo un sitio como destino para escapadas románticas del estilo elopements (bodas íntimas y fugaces)  y como lugar en el que renovar los votos. La demanda es tal que desde hace un par de años se organiza en Es Mercadal la feria de novios y celebraciones CelebrAmenorca. María José Ferri  
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