La Costa del Sol en modo ‘slow’

Por IGNACIO SÁNCHEZ


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Sin el ajetreo del verano, la Costa del Sol ofrece en otoño una de sus caras más amables. El sol sigue calentando para animar al chapuzón y pasear se convierte en un placer que permite descubrir callejuelas de estilo tradicional, un rico patrimonio cultural y una sabrosa gastronomía.

Grandes playas, un orquidiario, pequeños pueblos y secretos inesperados son algunos de los ingredientes de una escapada de 48 horas por la costa occidental malagueña.

Día 1:

09:00

Entre murales, macetas y castillos por Estepona. Esta ciudad malagueña tiene 130 motivos, en forma de 130 calles peatonales, para arrancarse a pasear. La caminata permite descubrir las esencias de un pueblo marinero, las comodidades de un destino turístico de primera y un viejo castillo. La ciudad ofrece 17 kilómetros de vías donde deambular entre 10.000 macetas, pequeñas plazas y murales artísticos.

12:00

Un paseo entre orquídeas. El edificio de una antigua cooperativa agrícola acoge uno de los espacios más singulares de la Costa del Sol: un orquidiario, con más de 5.000 orquídeas de más de un millar de especies diferentes. Cada visita es una fiesta: siempre es posible ver entre 100 y 200 plantas en flor en cualquier momento del año.

Una de las plantas del orquidiario de Estepona

14:00

Almuerzo en el paraíso. Tras una mañana andarina, toca reponer fuerzas. El chiringuito Sonora es una gran opción para hacerlo. Un moderno espacio a pie de playa donde es posible elegir entre la gastronomía local y la internacional. Un espeto de sardinas, un rodaballo a las brasas o un salmorejo con patatas panaderas encaja a la perfección con un tiradito de lubina o un sabroso ceviche. Las hamacas y cócteles invitan a alargar la sobremesa.

18:00

Descubriendo pueblos blancos. Con el rumor de las olas y un cóctel en la mano, las horas pasan rápidamente en pleno relax. Pero si queremos aprovechar la jornada, no hay más que subirse al coche para acercarse a algunos de los pueblos más bonitos de la Costa del Sol. Uno de ellos es Benahavís, con las preciosas pozas del río Guadalmina a sus pies. Otro,
Istán, con casas encajonadas y casi escondidas al abrigo de la montaña.

Pozas del río Guadalmina, en Benahavís

20:00

Marbella también tiene historia. Como broche de oro a la jornada, un paseo por el casco histórico de Marbella. Aunque no lo parezca, esta ciudad mantiene aún un precioso entramado de calles, patios y plazas para perderse una y otra vez. A un paso, junto a la Avenida Fontanilla, se
encuentran dos clásicos para cenar. A un lado, la tradición de Lekune Bar. Al otro, Back Tapas, alta cocina de la mano del chef David Olivas. La ciudad está repleta de bonitos y cómodos hoteles para dormir.

 

Día 2:

10:00

Amanecer en Cabopino. Con un entramado de pasarelas de madera sobre unas antiguas dunas, Cabopino es una de las pocas zonas naturales que le queda al litoral malagueño y un lugar idílico para pasear por la mañana. Al este, junto al puerto deportivo, un par de chiringuitos ofrecen un estupendo desayuno cerca de las olas.

12:00

Paseo por Mijas Pueblo. Escondido en la montaña tras una sinuosa carretera, Mijas marca el paisaje igual que lo hacía hace 50 años. Esta localidad blanca es conocida por sus singulares burro taxis, que descansan junto a la plaza Virgen de la Peña, epicentro del municipio que, desde ahí, se expande por pequeñas callecitas que se pasean solas.

Burro taxi en Mijas

14:00

Pescaíto en Fuengirola. Más abajo, ya en la costa, Fuengirola ofrece numerosas opciones para saborear la Costa del Sol. En su paseo marítimo hay numerosos chiringuitos donde degustar el rico pescaíto frito de la zona, pero también una amplia variedad de restaurantes internacionales para adentrarse en nuevos sabores. Merece la pena acercarse a la Taberna Salitre, una de las mejores barras de Málaga liderada por el chef Abraham Garrote.

Espeto de sardinas en Fuengirola

 

17:00

Castillo de Colomares. Sin duda, uno de los lugares más atractivos y desconcertantes de la costa malagueña. Es un edificio levantado por el doctor Esteban Martín entre los años 1987 y 1994 que homenajea a Cristóbal Colón y su primer viaje a América. Mezcla numerosos estilos arquitectónicos y guarda mil y un secretos que se van descubriendo al seguir el mapa del recinto. Perfecto para tus fotos en Instagram.

Castillo de Colomares

19:00

Perderse por Torremolinos. La Torre de Pimentel fue levantada en el siglo XIV sobre un acantilado y formaba parte de la red de construcciones vigías que servían al Reino de Granada para vigilar la llegada de posibles intrusos por vía marítima. Hoy, aún en pie, es el eje del centro histórico de Torremolinos y la singular calle San Miguel. La zona está repleta de callejones que caen a la playa del Bajondillo, donde elegir chiringuito para la cena antes de que se vaya el sol. Toca brindar para volver pronto a la Costa del Sol.

 

OJÉN

DE SAFARI POR UNA RESERVA ECOLOGISTA

Subir a un todoterreno y observar la fauna salvaje también es posible en Málaga. Ocurre en Ojén, pequeño municipio al norte de Marbella, donde la asociación ecologista El Pinsapo gestiona desde 2017 una finca de 82 hectáreas por la que corretean un vecindario formado por ciervos, cabras, muflones, lagartos ocelados, camaleones o zorros. La Eco Reserva de Ojén ofrece una aventura familiar que, además, sirve para apoyar un proyecto de conservación de la naturaleza desde la perspectiva más ecologista. —


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Cabras en la reserva ecologista de Ojén

 

TEXTO Y FOTOS: IGNACIO SÁNCHEZ

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