Hoteles y llocs rural-chic en Menorca para descansar de verdad

¡Ah! La isla plácida y acogedora. Si buscas hoteles para descansar de verdad estás en el lugar adecuado. Si el silencio es vital para una estancia memorable, en Menorca el descanso se convierte en un asunto de suma importancia. Aquí tus siestas y tus noches no solo te repondrán, sino que te conectarán con un lenguaje que brota de las pequeñas cosas, como el arrullo de la brisa mediterránea sobre las buganvillas, como el aroma a cítricos alegrándote la puesta de sol… alejados de todo. En un edén al más puro estilo rural-chic.

Esa esencia de la isla la encontrarás en fincas, casonas, palacetes y hoteles convertidos en refugios bohemios en los que la discreción es un ingrediente tan valioso como los desayunos orgánicos. Así es como irás entrando poc a poc en el ritmo pausado y sutil del que llaman el último paraíso del Mediterráneo.

Cada vez más los tradicionales llocs se dibujan como el escenario perfecto. Recuperados para este fin, estas antiguas fincas agrarias menorquinas y centenarias, se transforman en paradisíacos retiros. Es el plan más acertado si buscas una desconexión total y una reconexión

Hoteles Fontenille Menorca, la quintaesencia del lujo rural

Es el caso de uno de los escenarios más apetecibles para estas siestas portentosas de las tardes de verano. Un recién llegado que está en Alaior, en el paisaje rural de la Menorca protegida. Fontenille Menorca en realidad son dos fincas antiguas, Santa Ponsa y Torre Vella, aunque ambas forman un único hotel, de solo 17 y 22 habitaciones, que se complementa en los servicios que ofrece

Fréderic Biousse y Guillaume Foucher, los propietarios, han conseguido devolver a la vida dos llocs icónicos de la isla. El primero es un antiguo palacio del siglo XVII con un jardín repleto de higueras, flores exóticas, estanques y naranjos, pensado por y para recuperar el equilibrio, y en cuyo spa, en el interior de unas cisternas del siglo XVIII, los masajes se realizan con aceites esenciales del propio jardín. Torre Vella es una finca menorquina clásica, de paredes blancas, rodeada de olivares que se extienden hasta llegar casi al mar. Almorzar bajo la sombra de los robles, darse un masaje al aire libre, cenar a la luz de las velas con el Mediterráneo en el horizonte… ¿Para qué más?

Menorca Experimental, un hotel rural que es una casa de artistas

Menorca Experimental es otro concepto. Es como alojarse en una casa de artistas amigos, en alguna de sus 13 habitaciones o nueve villas, rodeado de enebro, pinares y flores silvestres, con unos interiores que firma Dorothée Meilichzon, en los que la artesanía local está también bien representada. Lo encontrarás en Alaior y en su restaurante (abierto a los clientes no alojados) las propuestas internacionales y los cócteles de autor se agradecen bajo una puesta de sol de película

Torralbenc, el hotel que inventó el agroturismo luxury

Y de nuevo en Alaior, y en la búsqueda de la tranquilidad absoluta, Torralbenc es un hotel de muros de piedra y paredes encaladas en medio de un viñedo, y con el Mediterráneo como telón de fondo. La opción perfecta para entablar esa conversación íntima y sosegada junto a la piscina, espectacular; para leer un buen libro, para disfrutar de la vida y de cada pequeño detalle de esta antigua finca agrícola de 70 hectáreas, y de solo 27 habitaciones, donde se elabora vino y aceite y que cuenta con el sello de Small Luxury Hotels of the World.

Can Faustino, un clásico con vistas al puerto de Ciudadella

Adentrándonos un poco más en la ciudad, en el mágico e histórico corazón de Ciutadella, cerca de la catedral y del puerto, un clásico ya de la isla es Can Faustino, ese palacete del siglo XVI, reconocido Relais & Chateaux, que ha conquistado a todos desde su apertura, no solo por su idílica piscina y su spa, ubicado en una cisterna excavada en la roca, sino también por su restaurante Fuego, situado entre callejuelas del casco histórico, encima del bullicioso y encantador puerto de Ciutadella

Aparthotel Royal Son Bou, especializado en familias

Menorca se ha convertido en un destino 100% family friendly y esto ha sido posible gracias a hoteles como este, un todo incluido que a cien metros de una de las playas más deseadas de Menorca, la playa de Son Bou, ofrece facilidades para estar cómodos con los más pequeños. De ahí que el Aparthotel Royal Son Bou sea un referente para el público infantil sin perder ese espíritu menorquín y cálido que hace que no pierdas de vista que estás en la isla. La madera y la piedra del marés son las protagonistas de la decoración, hay especialidades menorquinas en su buffet, además de un menú adaptado a los niños y guiños a una cocina más internacional y fresca, para no aburrirse: cocina mexicana, poke bowls, sushi, mariscos, kebabs… Eso sin olvidar las especialidades de su restaurante de cocina mediterránea, con horno de leña y vistas al mar y unas pizzas que querréis cenar cada día

Otro de sus grandes ases en la manga son las habitaciones espaciosas y luminosas: apartahoteles-estudios con una cocina pequeña y una terraza con vistas, y las piscinas: la infantil está climatizada y la preside un barco pirata; y la de adultos es enorme y rodeada de vegetación, por lo que en ningún momento sentirás sensación de masificación