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Tren dels Llacs: Una manera asombrosa de descubrir los tesoros del Pallars Jussà
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Tren dels Llacs: Una manera asombrosa de descubrir los tesoros del Pallars Jussà

Por Sergi Reboredo


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Viajar en este desvencijado tren histórico que une Lleida con la Pobla de Segur, supone una inmersión total en la belleza y espectacularidad del territorio, trufado de imponentes lagos, bosques y montañas escarpadas del Prepirineo leridano.

 

 

Lleida, inicio del trayecto

 

La antigua locomotora diésel 10817 serie 308, construida en 1968 por Babck Wilcox, es la encargada de arrastrar los vagones. Se la conocía con el apodo de la ‘yeyé’ por su característico movimiento de balanceo, peculiaridad que sigue vigente hoy en día. Estuvo funcionando, transportando vagones de carga hasta el año 1999, siendo restaurada en 2001.

 

El viejo convoy inicia su trayecto en Lleida, una ciudad amable, activa y jovial situada en una colina junto a la ribera del río Segre. Sus extensos campos frutales dominan la planicie que rodea a la ciudad. Y en lo alto de un promontorio, se alza altivo y vigilante el conjunto arquitectónico de la Seu Vella, la catedral más antigua de Lleida. La primera piedra se colocó en el año 1203 sobre los cimientos de una antigua mezquita, aunque se necesitaron otros 200 años más para concluir su construcción. El resultado fue una de las edificaciones más representativas de la arquitectura catalana del siglo XIII y, por ende, de la arquitectura medieval europea. Su campanario, octogonal, de 60 metros de altura, coronado con adornos góticos, se encuentra adosado en la esquina suroeste. En él todavía se conservan dos campanas originales de la época que anuncian las horas a los leridanos desde hace más de cinco siglos.  Son de bronce y pesan casi 600 kilos.  Subir los 238 escalones de la torre conlleva el premio de poder disfrutar de las mejores vistas panorámicas del skyline de la ciudad.

 

 


 

La estación de Lleida desde la que sale nuestro inolvidable tren esta situada en el centro de la ciudad, al norte del casco histórico y no muy lejos del río Segre. Aún se conserva el edificio para viajeros de estilo modernista que fue construido en los años 20 y que fue nombrado Bien Cultural de Interés Local por la Generalitat de Catalunya. En 2003 se añadió una gran marquesina de vidrio y acero que cubre en la actualidad la mayoría de los andenes. 

 

El sonido metálico de un silbato anuncia nuestra salida, puntal, a las 10:40 de la mañana. El primer tramo prosigue paralelo al río Segre, y los árboles frutales se suceden en ambos lados de las ventanillas. Mientras el tren prosigue su marcha subiendo paulatinamente, se dejan atrás y sin parar pueblos como Vilanova de la Barca, Vallfogona de Balaguer, Térmens y Alcoletge.

 

La locomotora arrastra cinco coches de época, de la serie 6000, que devuelven la nostalgia, las sensaciones y las perspectivas de tiempos lejanos. Un vagón cafetería y un furgón postal completan el convoy. Estos vagones se construyeron en España en la década de los 50, y están pintados en un color verde botella y rotulados en amarillo. Los interiores ofrecen dos clases diferenciadas. En una de ellas se ofrecen compartimentos cerrados tal y como se construyeron en la época, forrados de madera, con dos hileras de cuatro asientos de escay enfrentados entre sí. 
La otra, fue renovada en los años ochenta, se eliminaron departamentos cerrados albergando 56 asientos de diseño moderno, amplios y muy confortables. 


 


 

Balaguer, primera parada 

 

A las once de la mañana el tren hace entrada en la estación de Balaguer para recoger a los turistas que han decido hacer únicamente este tramo del recorrido. 

 

La capital de La Noguera, situada como no, a orillas del Segre, cuenta con su precioso barrio antiguo que alberga una gran plaza porticada en la que se instala su famoso mercado semanal, con 800 años de historia. Resulta interesante también la colegiata de Santa María, culminada por un alto campanario, y el convento de Sant Domenec con un sencillo claustro. Sobre un promontorio que domina la ciudad se alzan las ruinas de su poderoso castillo y, junto a ellas, el santuario de Sant Crist, levantado sobre los restos de una antigua iglesia del s. XIV, rodeado de un singular Vía Crucis.

 

Cinco minutos más tarde, vuelve a sonar el silbato y el tren se pone en movimiento. Quedan por delante 40 túneles y 58 puentes de una belleza asombrosa. 

 

El Tren dels Llacs se encuentra en funcionamiento desde el año 2007 aprovechando la infraestructura de una antigua línea férrea de ancho ibérico y vía única de 89 kilómetros que unía Lleida y La Pobla de Segur y que fue creada en 1951, aunque originalmente pretendía llegar hasta Saint Girons en Occitania (Francia). Desde el año 2005, esta línea está gestionada por los Ferrocarrils de la Generalitat, que se hace cargo de su gestión y mantenimiento.
 

 


 

En el tramo que va desde Balaguer hasta La Pobla de Segur, resulta imposible separar la vista de las ventanillas. Es el tramo más hermoso. Dejamos atrás la llanura del Segre para adentrarnos en el Montsec, que se caracteriza por su cordillera calcárea y los espectaculares desfiladeros de Mont-rebei y Terradets rodeados de láminas azules de aguas placidas que conforman decenas de lagos. Nuestro tren serpentea por cuatro de ellos. Conviene ir sentados estratégicamente en los asientos de la parte derecha, porque es desde donde se obtienen las mejores vistas. Primero se bordea el embalse de Sant Llorenç de Mongai, donde el verde de los sauces llorones se marida con el rojo de las grosellas creando uno de los paisajes más románticos del recorrido.  Es un lugar perfecto para hacer kayac, escalada y rutas de senderismo.

 

Además, gracias a los abundantes carrizales y a su nivel de agua constante, acoge durante gran parte del año muchas especies de aves acuáticas. En sus alrededores se descubren parajes naturales de gran belleza como el acantilado de la coma de Gelis, la pared del Oso y frondosos pinares. El siguiente embalse es el de Camarasa, que con una extensión de 20 kilómetros y una superficie de 624 hectáreas representa la puerta de entrada al Prepirineo. Rodeado de riscos, su presa se construyó en 1920 con el objetivo de iluminar toda el área metropolitana de Barcelona. En la actualidad, sigue prestando servicio y produciendo energía limpia. Seguimos avanzado varios kilómetros hasta llegar al Embalse de Terradets, uno de los más bellos del camino, rodeado de viñas y bosques, se extiende desde el desfiladero de Tremp hasta la llanura de la cuenca. Un lugar privilegiado para la práctica del kayak y la escalada. Desde aquí también se abre paso la recién inaugurada vía verde entre las estaciones de Cellers y La Pobla. Entre campos de cereales y olivos llegamos a Tremp.

 

Por último, el tren zigzaguea por los extremos del lago de Sant Antoni, que aglutina la superficie de agua dulce más grande de toda Catalunya con 972 hectáreas y 86 metros de profundidad. Resulta increíble visitar esta zona, sobre todo en primavera, cuando todo está cubierto por un manto de color verde, y los lagos y pantanos están a rebosar de agua gracias al deshielo de la nieve de las montañas pirenaicas. Un lugar perfecto para el ocio repleto de restaurantes, bares y actividades náuticas.

 

 

 

 

La Pobla de Segur, fin de trayecto

 

Casi dos horas después de nuestra salida en Lleida, a las 12:35 h, el tren hace su entrada triunfal en la estación de La Pobla de Segur, el final del trayecto. Ahora, los que regresen en el mismo tren deberán esperar hasta las 17:00 h para comenzar el viaje de regreso. Un tiempo perfecto para poder degustar la gastronomía típica de la zona, como la coca de recapte (torta de cebolla, tomate y pimientos asados con sardina, butifarra o panceta); disfrutar de los secretos modernistas de la Pobla de Segur, visitar las Tiendas Museo de Salàs de Pallars; ir a la Vall Fosca para conocer los inicios de la producción hidroeléctrica en Cataluña, o bien descubrir las singularidades de Tremp, Isona o los castillos de Mur, Llordà o Sant Gervas.

 

La Pobla de Segur está bañada por los ríos Flamisell y Noguera Pallaresa, y es conocida por su admirable casco antiguo, que originalmente fue villa cerrada medieval. Está repleto de casas señoriales, como las de Orteu y Berenguer, e iglesias románicas que le aportan un gran valor artístico junto a otros edificios modernistas como la Casa Mauri, reconvertida en el actual ayuntamiento. Cerca de la estación, junto a la carretera C-13 se encuentra la fábrica de cervezas artesanas Ctretze Pirineus, un estupendo restaurante y fábrica de cervezas ideal para descubrir algunas de sus mejores variedades artesanales de montaña acompañadas de tapas y productos típicos de la zona. Los sábados de septiembre también se celebra el Mercado del Tren en la misma plaza de la estación, otro lugar perfecto para degustar productos artesanales y agroalimentarios de la zona.
 

 


 

Embalse de Terradets

 

Unos treinta kilómetros al sur de la Pobla de Segur se sitúa el Embalse de Terradets, acurrucado por la sierra del Montsec. Un lugar perfecto para ser utilizado como base y explorar así la increíble comarca del Pallars Jussà.

 

Un itinerario acondicionado para senderistas de algo más de tres kilómetros bordea el embalse ofreciendo un contacto inmejorable con la gran variedad de fauna y flora que se congrega en el bosque de ribera y los cañizares próximos al lago. El sendero ofrece fantásticos miradores para poder observar sin ser vistos las aves acuáticas y migratorias que frecuentan el lugar. El entorno también ofrece grandes oportunidades a los apasionados del mundo de la escalada, gracias a las impresionantes paredes verticales que predominan en la sierra del Montsec. Tras un primer tramo en el que se bordea el embalse, el sendero prosigue por el Barranc del Bosc, desde el que se tienen vistas insuperables de la Roca Regina, un imponente risco de roca caliza de hasta 500 metros de altura en vertical. Su amplia superficie, 330 hectáreas, y la tranquilidad de sus aguas, sobre todo cuando no hace viento, las hacen ideales para practicar una gran variedad de deportes acuáticos, como el paddle surf. 

 

Aunque a primera vista tiene todo el aspecto de ser un lago natural, su construcción para albergar una obra de infraestructura hidroeléctrica data de 1935. Sus aguas engulleron el monasterio de Sant Miquel de Cellers, un monasterio fundado probablemente en 1170 por los condes de Pallars Jussà. La acumulación de grandes cantidades de sedimentos provenientes de la erosión de los barrancos de la Conca de Tremp en la cola del embalse ha hecho aparecer una zona de humedales que ha contribuido al incremento del perímetro de la presa con el paso del tiempo, siendo en la actualidad de 17,37 kilómetros.
 

 

El teleférico Vall Fosca 

 

El teleférico de la Vall Fosca, que llega hasta el Estany Gento, es la puerta de entrada al Parque Nacional Aigüestortes y Lago de San Mauricio. En 14 minutos salva un desnivel de 450 metros, subiendo hasta la impresionante cota de 2200 metros, desde donde se pueden hacer numerosas excursiones para ver los 32 lagos, que forman este espectacular paraje.

 

Una vez en la cúspide, y situados a los pies del estany Gento, se inicia un sendero que transcurre por los raíles del antiguo ferrocarril construido en 1911. Un trazado de unos seis kilómetros, rehabilitado y que conforma una de las vías verdes más bonitas de Catalunya.