José Francisco González Viñas, ingeniero naval y oceánico pontevedrés, llegó a la presidencia del astillero Hijos de J. Barreras con 30 años recién cumplidos, cargo que ocupó durante más de 40 años, hasta 2012.
Recuerda como un orgullo y un desafío para Barreras la construcción de cuatro ferries para Baleària (Abel Matutes, Alhucemas, Passió per Formentera y Martín i Soler), «que eran absolutamente innovadores en aquel entonces», y contribuyeron —asegura— a asentar y consolidar firmemente el desarrollo del astillero dentro del mundo de carga y pasaje «hasta convertir a Barreras en una referencia a nivel mundial para este tipo de buques».
El salto adelante que para el astillero y para Baleària supuso la construcción y entrada en servicio de los cuatro buques lo atribuye González Viñas a que fueron barcos «versátiles, cómodos y atractivos para el cliente, dotados de mucha más velocidad, con una mejora importante en el confort de la habilitación y con una disminución drástica de las aceleraciones verticales navegando, lo que repercutió en el bienestar y confort del pasaje y tripulación». Todo ello, opina, significó para Baleària «y para el sector marítimo español, entrar en un nicho pujante de un mercado al que se le veía un enorme potencial de desarrollo, como así fue en los siguientes años».
Cuando se concibieron estos cuatro buques, el precio del combustible distaba mucho del actual y la conciencia medioambiental no constituía un sentimiento y, pese a ello, asegura González Viñas, «Baleària dibujó ya en aquella época lo que sería un sello constante en estos 25 años, y es su continua preocupación por el medioambiente utilizando progresivamente sistemas propulsivos tendentes a reducir o a eliminar la emisión de gases de efecto invernadero, especialmente CO2, SO2 y NO2; fue pionera en el compromiso con el medioambiente».
Confort y sostenibilidad
El que fuera durante largos años presidente de Barreras no duda de que buena parte del éxito de Baleària está relacionada con esta consciencia medioambiental, unida a «su acertada y meticulosa gestión, tratando de mejorar el diseño, confort y sostenibilidad de los barcos, haciéndolos más atractivos al pasaje, manteniendo la puntualidad en las llegadas y salidas y haciendo que el viaje sea un elemento de placer». Por ello, asegura, Baleària es vista en el sector como «una empresa joven, moderna, pujante, con mentalidad abierta y muy internacional, que siempre busca nuevas
rutas y nuevos desafíos».
Conocedor como pocos del sector naviero español, González Viñas advierte que los distintos actores (astilleros, armadores, puertos…) deberían tener una estrategia común enfocada a favorecer el desarrollo del sector marítimo acentuando la eficacia de los proyectos y programas tendentes a favorecer la evolución integral del sector (Pertes y Next Generation) que repercutieran en beneficios para todos los actores.