Si hay un destino que nos gusta especialmente para viajar con perro es Menorca, la isla de la naturaleza y la calma. Y de calma va precisamente la cosa porque en esta ocasión navegamos con Baleària para probar las mejoras para mascotas que han introducido en el ferry rápido Cecilia Payne, que une Alcúdia con Ciutadella en una hora y media. El objetivo es que los animales viajen tranquilos y así los humanos podamos disfrutar de la travesía sin preocuparnos por cómo estarán. Para ello, la iniciativa cuenta con la supervisión de la etóloga y especialista en psicología canina, Amparo Fortea.
La primera novedad que nos encontramos es que una parte de la cubierta está reservada para los perros y sus propietarios, separada por una puerta del resto del pasaje. En esa zona de uso exclusivo se encuentra un pequeño pipicán con césped artificial y un bolardo para que los perros puedan marcar y relajarse. Para eso también flotan en el ambiente feromonas apaciguadoras, un tipo de hormonas sintéticas que se usan para tratar la ansiedad canina. Al detectarlas, los perros interpretan que están en un lugar seguro y no se estresan ¡que aquí la cosa va de viajar tranquilos!
Otra de las diferencias que más nos ha gustado es que no existe un horario específico de visitas, si no que podemos ir a ver al perro en cualquier momento de la travesía. Además, un miembro de la tripulación permanece con las mascotas todo el tiempo. En nuestro caso concreto coincidimos con el mismo chico tanto a la ida como a la vuelta al que se notaba que le encantaban los perros. Con decir que fue tan cariñoso con Lana que cuando llegamos a puerto se quería quedar con él.
Las casitas de calma
Además de tener una cubierta exclusiva para que el paso de otros pasajeros no altere a los perros, del pipicán, las feromonas y el horario continuo de visitas, lo que en realidad da nombre al proyecto petfriendly son las “casitas de calma”. Aunque conviven con las jaulas tradicionales este tipo de acomodación canina tiene una característica especial: el espacio de visión reducido que hace que el animal pueda controlar todo su campo visual y no esté en estado de alerta. También tienen un extra de comodidad para que nuestro mejor amigo no pase frío ni calor gracias a la ventilación y regulación de temperatura individual y al suelo de resina aislante. Y si tiene sed, hay bebederos y agua siempre disponibles en el recinto.
Al reservar el billete con Baleària debemos añadir el número de mascotas y el tamaño de la jaula. El perro embarcará siempre con correa y con la documentación en regla, presentando además su tarjeta de embarque a la tripulación.
Por ahora la iniciativa es una experiencia piloto exclusiva del ‘ferry Cecilia Payne’, aunque la naviera tiene un proyecto de mejora de la zona de mascotas en esta línea para toda su flota.
Marta Casanova | Mallorca con perro