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Detrás de cada nombre de un buque


Detrás del nombre de un buque se esconde una historia que lo identifica, le da carácter y singularidad. Más allá de unas letras impresas en el casco o en las tarjetas de embarque, el nombre otorga personalidad a cada barco. En el caso de Baleària los personajes históricos o artísticos vinculados con las Baleares y el Estrecho tienen cierto protagonismo, como por ejemplo, el Ramon Llull. Su nombre rinde homenaje al escritor, teólogo y divulgador científico mallorquín nacido en 1232 autor de obras como ‘Blanquerna’ o del ‘Llibre de les meravelles’ que lo encumbraron como uno de los principales impulsores del catalán literario. Su figura simboliza la unidad histórico cultural de algunos de los territorios donde opera la naviera: las Illes Balears, la Comunitat Valenciana y Catalunya. A Ramon Llull se le atribuye, además, la invención de la rosa de los vientos y el nocturlabio, un aparato utilizado para determinar el tiempo en función de la posición de una estrella. [gallery columns="1" size="full" link="none" type="slideshow" ids="584,585,586,587,588,589,590"] También toman el nombre de personajes históricos muy vinculados a las zonas donde opera la compañía los trillizos Jaume I, II y III. De hecho, el nombre de Jaume I, que rinde homenaje al célebre conquistador, fue el personaje elegido por el público del programa televisivo ‘El favorit’ de TV3. Jaume I d’Aragó conquistó Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera entre 1230 y 1235. A él se le atribuye la creación de los reinos de Mallorca y Valencia. Otros dos ferries con nombres ilustres son el Poeta López Anglada, que homenajea al célebre poeta ceutí Luis López Anglada, fallecido en 2007 y Premio Nacional de Literatura en 1961 por su libro ‘Contemplación de España’ , y, por otro lado, el Martín i Soler, compositor valenciano nacido en 1754 conocido en Italia como il Valenziano. Martín i Soler fue el creador de más de 30 óperas y una veintena de ballets muy apreciados por sus contemporáneos. Sus obras fueron representadas en los teatros de mayor renombre de Europa e interpretadas por los más virtuosos cantantes del momento. Otros de los nombres de la flota están vinculados al mar, como es el caso de los Maverick, un vocablo antiguo que quiere decir águila o libertad, además de ser un tipo de ola muy grande. El Posidonia, por su parte, es un tributo a esta planta acuática del Mediterráneo responsable de otorgar la transparencia de las aguas de nuestro mar. En 1999 las praderas de Posidonia entre Eivissa y Formentera  fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, se considera que esta planta de 100.000 años de edad, es uno de los organismos vivos más grandes y longevos del mundo.  ¡Larga vida deseamos también para el buque! Otros barcos se identifican más con los territorios en los que opera la naviera. En esta categoría encontramos al Passió per Formentera,  que rinde homenaje a esta isla para la que fue inicialmente destinado el ferry.. También el Bahama Mama, que se bautizó primero como Alhucemas, tomó este nombre cuando fue destinado a la ruta entre los EUA y las Bahamas.  A través de un concurso entre escolares de la zona, el buque tomó prestado el nombre de un famoso cóctel caribeño a base de ron y zumo de limón, naranja, piña y coco. Seguro que mucho subirán al barco con otro sabor de boca… En este último grupo también se encuentra el barco solar La Panseta, que une diariamente de forma gratuita la bahía de Dénia con la estación marítima de Baleària Port. Un barquito que lleva el nombre del producto más dulce y conocido de la ciudad, la pasa, cuyo comercio contribuyó en gran medida a su expansión y riqueza. Un bonito y sencillo tributo a una ciudad que ha sido la cuna y catapulta exterior de esta naviera. Por último, el nombre del recién incorporado Dénia Ciutat Creativa  es un reconocimiento a la proclamación de Dénia como Ciudad Creativa Gastronómica por la UNESCO, título que recibió a finales de 2015.  
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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

  Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan.   Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que «la experiencia fue doblemente emocionante», comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera.     Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día.     Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento     Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo. Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés.     Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez)     Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). «El record anual. No solo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum», afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat.     Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez)   Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de «muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida». Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral.     Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies


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