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El viaje de 'Kalos'


Cada pasajero que se embarca en uno de los buques de Baleària tiene una historia que contar. Esta es la de Kalos, un ejemplar de tortuga boba con una lesión medular que viajó a bordo del Visemar One para ser sometida a un TAC. Esta aventura fue  posible gracias a un acuerdo entre la Fundació Baleària y el Centro de Recuperación de Fauna Marina de Palma Aquarium. ce unos meses, unos navegantes avistaban en Sóller (Mallorca) una tortuga herida y con dificultades para nadar y alertaban al Centro de Recuperación de Palma Aquarium. La exploración por parte del equipo del centro detectó múltiples fracturas de cadera y problemas motores en las aletas posteriores del animal. Tras permanecer un tiempo en el centro de recuperación mallorquín, la tortuga, bautizada como Kalos (que significa bello en griego), mejoró su estado de salud, aunque presentaba dificultades para mantener la horizontalidad al nadar y recuperar la movilidad de sus aletas. El Hospital Veterinari Aragó, con el que el centro de recuperación tiene un acuerdo, consultó con la Universidad Católica de Valencia, que cuenta con especialistas en neurología y diagnósticos por imagen. Estos se ofrecieron de forma altruista a realizar una exploración exhaustiva para concer la evolución de las lesiones del animal y facilitar su proceso de recuperación. Y aquí entró en juego el acuerdo para transportar animales marinos heridos que la Fundació Baleària tiene con el centro de recuperación mallorquín, que facilita la asistencia técnica al Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB) de la conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca del Govern de les Illes Balears.  

 

A bordo del Visemar

Así, el Visemar One, que cubre la línea entre Mallorca y València, contó en uno de sus trayectos con un pasajero muy especial. Kalos viajó protegida en un recipiente hermético y acompañada de una veterinaria y un auxiliar del centro mallorquín. Brayan Flores, director de Hotel del buque, fue el encargado de atenderles: “Se ubicó el vehículo en el que viajaba el animal en un lugar ventilado y accesible para facilitar la visita por parte de sus acompañantes”. Una vez realizado el examen veterinario, Kalos viajó de vuelta a las instalaciones de Palma Aquarium, donde se encuentra en proceso de recuperación. Cuando llegue el momento, miembros del equipo del COFIB la acompañarán de vuelta a su medio natural, el mar balear.  

 

Apoyo de la Fundació Baleària

El acuerdo también contempla el traslado de los animales marinos para ser liberados de nuevo en el mar tras su recuperación, así como los viajes que los técnicos de Palma deban realizar al resto de islas, tanto para acompañar a las tortugas como para atender casos de varamientos de animales marinos o impartir cursos de formación o realización de proyectos comunes en todas las Baleares.  

 

Avistamiento de cetáceos

Desde hace años, Baleària ofrece sus buques para realizar avistamientos de cetáceos por parte de científicos, técnicos e investigadores de la Conselleria de Medi Ambient de la Generalitat de Catalunya, el centro de educación ambiental BioEduca y, desde el año pasado, el Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB). Chortlitejo patinegro. Con el Ajuntament de Dénia, la Fundació participa en la realización del censo de este animal en peligro de extinción en las playas de la citada localidad. Se persigue establecer las bases para plantear la recuperación de esta especie como nidificante en la Comunitat Valenciana Águila pescadora. La Fundació Baleària también participa en la reintrodcción de esta especie en las comarcas alicantinas de la Marina Alta y la Safor junto con ayuntamientos de la zona y la Conselleria de Medi Ambient de la Generalitat Valenciana.
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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

  Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan.   Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que «la experiencia fue doblemente emocionante», comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera.     Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día.     Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento     Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo. Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés.     Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez)     Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). «El record anual. No solo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum», afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat.     Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez)   Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de «muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida». Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral.     Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies


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