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Las mejores rutas de buceo en Dénia


Dénia es uno de los destinos más conocidos del norte de la Costa Blanca por su exquisita gastronomía, el soberbio macizo rocoso del Montgó con el eterno mar de fondo o la belleza de sus playas. Pero muchos desconocen los tesoros que la ciudad alberga, discreta y silenciosamente, en sus luminosos fondos marinos. Son 20 kilómetros de litoral cargados de historia que nos hablan de la importancia del lugar para los comerciantes focenses, griegos y romanos, de cuya presencia aún aparecen de vez en cuando vestigios en forma de ánforas o anclas. El puerto era un seguro refugio para las naves mientras que el Montgó se erigía como excelente atalaya desde la que prevenirse del enemigo. Dos costas El litoral dianense nos ofrece dos tipos diferenciados de costa. La del norte, conocida como Les Marines, presenta extensas playas de fina arena muy adecuadas para el baño pero también con amplias posibilidades de buceo si accedemos en embarcación. En la vertiente sur, en la conocida área de Les Rotes, el litoral se vuelve rocoso para dar lugar a numerosas calas de acogedoras aguas y luminosos fondos bajo los espectaculares acantilados del Cap de Sant Antoni. Esta zona, de gran valor medioambiental, goza de la especial protección que le brinda su catalogación como Reserva Marina, y si bien podremos recorrer sus fondos libremente haciendo snorkel, necesitaremos permiso para sumergirnos con botellas. [gallery link="none" columns="2" size="full" ids="799,802"] En Dénia encontraremos fondos someros que van ganando, poco a poco, profundidad y donde es muy habitual disfrutar de la generosa transparencia de unas aguas que parece que nos invitan a asomarnos a unos paisajes tapizados por coloridas algas rojizas que contrastan con el intenso verde de la Posidonia oceanica, verdadero pulmón del mar que oxigena estas aguas en una proporción diez veces mayor que su equivalente de bosque tropical. Mil y un motivos en forma de veriles, praderas, restos arqueológicos, grutas… y mucha, mucha vida submarina harán inolvidable nuestra visita a las acogedoras aguas de Dénia, una tierra de litoral. Ruta de buceo: Fresquito Saliendo del puerto, cogemos la carretera de Les Rotes hasta el final, donde hay un párquing. Allí nos equipamos y bajamos hasta el mar, que forma una pequeña piscina natural de roca y agua transparente. Nos sumergimos en un fondo arenoso con lenguas de piedra, y seguimos siempre la pared que queda a nuestra derecha, con un rumbo de unos 60º. Es interesante detenerse en las cornisas que forma la pared, donde podremos observar pulpos, espirógrafos y tal vez alguna discreta morena. Llega un momento en que hay un estrechamiento con otra pared que surge de la izquierda. Continuamos buceando, rodeados de cardúmenes de luminosas salpas, y al cabo de unos minutos, en un fondo de unos 10 metros, comenzará a desaparecer la roca, que ahora se presentará en forma de piedras aisladas. Será el momento de la vuelta, aunque antes de llegar al estrechamiento nos pasaremos por unos instantes a esa pared (que ahora quedará a nuestra derecha) y encontraremos en la roca un arco que hace un bonito contraluz por el que podemos pasar. Tras ello volvemos a la pared de la inicial hasta llegar nuevamente al punto de partida. [gallery columns="2" link="none" size="full" ids="801,803"]  Ruta de buceo: La Barra Saliendo en embarcación desde el puerto de Dénia, nos dirigiremos dirección Les Marines, aproximadamente a 1,5 millas del puerto, donde fondeamos a una profundidad de unos 7 metros, en un fondo rocoso en forma de lengua o barbada de gran longitud. La inmersión consiste en seguir la caída de las rocas, donde se forman cornisas y oquedades, para volver en sentido contrario, o bien realizar la inmersión como caribeña, esto es, sin fondear la embarcación, avanzar buceando para que al final del recorrido sea ésta la que acuda a nosotros. En los múltiples huecos y grietas podremos encontrar langostas, corvinas, pulpos… y no será extraña tampoco la presencia de escorpas y, ya en el arenal, alguna raya. En la parte superior de las rocas, tapizada por una abundante pradera de posidonia y algas rojas, son frecuentes los grupos de salpas y sargos. Rafa Martos | Instructor de buceo 
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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual. El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo. Observadora avistando. 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. "Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària", afirma. Cría de un mes de delfín mular. Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del 'Passió per Formentera' o el 'Poeta López Anglada'. "Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos", comenta Scuderi. Delfín común.


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan. Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que “la experiencia fue doblemente emocionante”, comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera. Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día. [caption id="attachment_2145" align="aligncenter" width="1000"] Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento.[/caption] Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar. Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo.  Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés. [caption id="attachment_2154" align="aligncenter" width="1000"] Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). “El record anual. No sólo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum”, afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat. [caption id="attachment_2152" align="aligncenter" width="1000"] Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de “muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida”. Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral. [caption id="attachment_2150" align="aligncenter" width="1000"] Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies.[/caption]


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