‘Road trip’ por Marruecos: descubriendo el país vecino


Marruecos era un destino que llevaba tiempo rondándonos por la cabeza, lo que hizo que, cuando estuvimos decidiendo cuál sería nuestro próximo road trip, sin duda esta era una de nuestras primeras opciones. Nosotros solemos viajar en coche, y si puede ser con el nuestro propio, mucho mejor, así que cuando vimos la posibilidad de cruzar hasta Tánger con nuestro propio vehículo a bordo de un ferry de Baleària, no nos lo pensamos dos veces. Viajar con tu propio coche ofrece un sinfín de ventajas y poder lanzarnos a la aventura de recorrer las carreteras de Marruecos sin tener que coger ningún vuelo, pudiendo llevar todo listo desde casa y con la comodidad de hacer la travesía en ferry, pasando de Algeciras a Tánger en apenas una hora y media, hizo que el plan de nuestro road trip por Marruecos se convirtiese en una realidad. Así que, tras sacar los billetes, preparar las maletas y cargar el coche, pusimos rumbo a Algeciras para cruzar al puerto de Tánger Med a la mañana siguiente.     LA RUTA Aprovechando que en el primer día estamos más descansados, la primera etapa de nuestro road trip por Marruecos consistió en hacer unos 700 km siguiendo la autopista de la costa (la A1), para adentrarnos a última hora de la tarde en la que sería nuestra primera parada del viaje, Las Cascadas de Ouzoud.     Tras disfrutar de esta maravilla de la naturaleza, seguimos nuestro viaje por Marruecos en coche en dirección al que sería nuestro siguiente hito, el puerto de Tichka, nada más y nada menos que a 2260 metros de altitud. Sin duda, las carreteras de Marruecos nos estaban sorprendiendo, especialmente por los paisajes que regalan. Del puerto de Tichka seguimos la ruta y pudimos disfrutar de uno de los sitios de Marruecos declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Ait Ben Haddou, escenario de rodaje de muchas películas de Hollywood y series, como Gladiator o Juego de Tronos.     Comenzamos a tener el primer contacto con el paisaje más típico del sur de Marruecos: las Kasbash salpicaban los palmerales, ofreciendo una mezcla de colores verdes y marrones incomparable con otro paisaje que hubiésemos visto antes. Continuamos la ruta por el Valle del Draa y sus palmeras datileras hasta llegar al desierto de Zagora, para recorrer después el Valle de las Rosas con su aroma a rosa tan característico. Del Valle de las Rosas seguimos por el Valle del Dades y el Valle del Todra, disfrutando de sus carreteras y sus gargantas, que tantas veces habíamos visto en fotografías y que tantas ganas teníamos de conocer.     Acabamos la ruta por los valles de Marruecos en el desierto de Merzouga, donde nos quedamos dos noches. Tras conocer la vida en el desierto tocaba poner rumbo al norte para embarcar en el ferry de vuelta. En este trayecto de Merzouga a Tánger hicimos dos paradas, una cerca de Meknes, para poder visitar las ruinas romanas de Volubilis, y otra en Chefchaouen, para perdernos por las calles del pueblo azul de Marruecos y aprovechar para hacer compras de recuerdos de nuestro roadtrip. El viaje por Marruecos llegaba a su fin y tan solo nos quedaba relajarnos en la cafetería del ferry Poeta López Anglada y aprovechar la travesía de vuelta para reponer fuerzas. Mucha gente nos ha preguntado a la vuelta del viaje que qué es lo que nos hemos traído de Marruecos, y sin duda muchas ganas de volver a recorrer este país que tanto tiene por descubrir, nos hemos traído cientos de momentos que no queremos olvidar nunca y conversaciones con extraños que se hacían cómplices gracias a una sonrisa… En definitiva, no nos hemos traído nada, sino que nos hemos dejado allí una parte de nosotros. Bea y Rober | Germen Viajero      

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