Mallorca tiene hoteles para todos los gustos

En los hoteles de Mallorca compartirás almohada con paredes de piedra centenarias, muebles recuperados de otros tiempos y novedosos materiales con los que devolver al siglo XXI a esas casonas señoriales y possessions mallorquinas que son un reclamo

Las piscinas son un extra que, si bien no parece necesario en una isla con más de 550 kilómetros de costa, a nosotros se nos antoja como indispensable, como indispensable son los restaurantes que sirven como estandarte y atracción para los clientes

Can Bordoy, en el corazón de Palma (¡y del viajero!)

Cuando el estudio de arquitectura mallorquín OHLAB tomó las riendas del proyecto de reforma integral de esta antigua mansión del siglo XVI, enclavada en el casco antiguo de Palma, tuvo a bien imaginar, más que un hotel, una casa noble que gusta de recibir invitados

En Can Bordoy Grand House & Garden arriesgaron con una mixtura arquitectónica y decorativa en la que lo mismo devolvían a la vida, con una pátina de hormigón, los muros originales de piedra del siglo XII de su spa Dornbracht Point of Experience, que escoltaban las camas de sus escasas 24 habitaciones con cabeceros y cortinajes de elegante terciopelo. Tal osadía les valió el año pasado el premio al mejor diseño hotelero en el World Architecture Festival, y es algo de lo que presumir. En ocasiones no es fácil escapar de los arquetipos baleares

Los platos de su restaurante Botànic tienen el sello de la cocina delicada y de proximidad del chef Andrés Benítez (tartar de colinabo, serviola curada y helado de mostaza; arroz meloso a la mantequilla de trufa con berenjena y miso, etc.) y, en su jardín lo mismo puedes darte un refrescante baño en su piscina (tienen otra más coqueta en la azotea) que uno de ‘bosque’ al más puro estilo shinrin yoku

Finca Serena, la serendipia mallorquina

Este Small Luxury Hotels of the World es único, tanto en su esencia como en su marca (Único Hotels). No en vano ocupa una finca de casi 50 hectáreas en el interior de la isla. También es de diseño imperfecto, entendido como una mezcla de materiales naturales tan confortables como artesanales

El lujo delicado, sereno y minimalista que respira Finca Serena se ve reflejado en sus cestos de Manacor, en sus tratamientos Natura Bissé y en su antiguo horno de leña reconvertido en boutique, pero también en el piar de los pajaritos, el frescor de la mañana y en esos viñedos y olivares que lo enmarcan y contextualizan

En su restaurante Jacaranda las recetas familiares se nutren de modernidad, así como de productos de sus propios huertos (frutas, aceite, etc.) y de proveedores locales. Proponen clases de cocina, escapadas detox, retiros de yoga y rutas en bici por la isla

El Llorenç Parc de la Mar, diseño fresco e inaudito

Es fresco, urbano y atrevido, como lo son los diseños del sueco Magnus Ehrland, encargado de dar forma a este hotel ubicado frente al mar, en el antiguo barrio de Palma conocido como La Calatrava

En El Llorenç, el antiguo diseñador de Diesel quiso hacer algo inaudito ¡y vaya si lo consiguió! Hay latón, hay madera, hay mosaicos de azulejos, celosías árabes, patrones vegetales y mucho arte colgado por las paredes. Una suma de elementos que casan y se complementan de manera armónica sin ser estridentes ni molestar al viajero. Quien, al contrario de lo que podríamos imaginar, también busca contemporaneidad en una ciudad con 2.000 años de antigüedad

Son Lladó, vacaciones en familia

En Son Lladó el aire peina las espigas de trigo, los muros de piedra y las crines de los caballos… pero también tu cabello al viento cuando recorres en bicicleta los caminos rurales que rodean a la propiedad, una auténtica possessió mallorquina del siglo XVII reconvertida en agroturismo (¿o deberíamos decir en ecoturismo?)

Cinco casas independientes (ideales para familias) de muros de piedra, con piscina y zonas ajardinadas componen la oferta relajada de esta finca agrícola situada al sur de la isla, en Campos, al que uno viene a soñar con siestas infinitas y acaba chapoteando en la cercana playa de Es Trenc

“Mucho espacio y pocas plazas” es su filosofía, aunque la comida alrededor de la barbacoa es imperdonable: verduras de su huerto, carne ecológica de la isla y el cariño propio de una familia volcada en recibir al viajero como se merece.

Son Menut, a caballo entre el mar y la montaña

Esta antigua yeguada reconvertida en agroturismo hace 25 años es el paraíso ecuestre de la isla. “Vacaciones a caballo” lo llaman ellos, nosotros añadimos: un lugar donde experimentar la Mallorca rural teniendo entretenidos a los niños, quienes no se cansarán de montar en los ponis (un primer contacto de los más pequeños con el animal mientras están acompañados de sus padres) o de aprender ejercicios más complejos cuando ya son capaces de cabalgar solos (la propiedad pertenece a la Real Federación Hípica Española y hay campus de verano).

Ubicado en Felanitx, Son Menut cuenta con una docena de sencillas y confortables habitaciones (la mayoría con balcón) y en su junior suite caben familias de hasta cuatro miembros. En su desayuno te exprimirán las naranjas que recogen directamente de los árboles frutales de la finca y en su cocina encontrarás productos de su huerta, así como carne Dexter y vino de Son Menut de producción propia