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La Ruta del Atún por la Costa de la Luz

Por Nacho Sánchez | Periodista


Cádiz mira al mar más que nunca durante el mes de mayo. Es temporada de atún, la quinta esencia de la gastronomía gaditana. Por eso, mientras las almadrabas hacen su trabajo en las costas de Tarifa o Barbate, bares y restaurantes de la Costa de la Luz se visten de gala para servir este pescado de mil y una maneras. Son varias las propuestas que permiten disfrutar de un sinfín de actividades, acercarse a algunas de las mejores playas del país y, de paso, degustar el mejor atún rojo de almadraba. Aquí y ahora, más que nunca, tapear es una filosofía de vida. Conil de la Frontera · Del 4 de mayo al 4 de junio Esta localidad lleva la gastronomía por bandera y elogia al atún durante todo un mes. En 2018 hasta 36 bares y restaurantes participan en la XXII Ruta del Atún, en los que se podrá degustar este pescado en más de 300 formas diferentes. Tradición e innovación se unen en las cocinas de este bonito pueblo que también apuesta por diferentes actividades a lo largo del evento: música, flamenco, cine, deporte, rutas turísticas y show cookings formarán parte de la ruta atunera de este año. [caption id="attachment_2125" align="aligncenter" width="1000"] la ruta del atún Tapa participante en la XI Semana Gastronómica del Atún de Barbate.[/caption] Barbate · Del 9 al 13 de mayo Visitas guiadas a la Torre del Tajo, las Marismas barbateñas o el Museo del Atún son algunas de las actividades que incluye la XI Semana Gastronómica del Atún de Barbate, donde también se podrá ver en directo un ronqueo y visitar las instalaciones de las empresas productoras locales. Además, una veintena de bares y restaurantes de la localidad se suman con propuestas originales en formas de tapa para saborear el atún rojo de almadraba a 3,5 euros incluyendo la bebida. Corazón de atún meloso con crema de centolla y escamas de semimojama traiñera o un Lingote de descargamento de atún rojo sobre lecho de manzana caramelizada, semilla de sésamo y toque de wakame son solo dos de las originales bocados. Zahara de los Atunes · Del 16 al 20 de mayo La Ruta del Atún de Zahara de los Atunes -que este año celebra la décima edición- es, quizás, la más atractiva. Este minúsculo pueblo blanco de apenas un millar de habitantes cuenta con una increíble oferta gastronómica. Lo demuestra que alrededor de 40 restaurantes se suman cada año a esta ruta, proponiendo bebida y tapa por menos de cinco euros. Casa Blas, La Botica, La Jábega, El Vapor, Antonio y La Sal fueron los establecimientos premiados el año pasado, pero nunca hay que dejar de conocer las propuestas de otros como Casa Juanito o Gaspar. Todos están a un paso de las playas zahareñas, cuyas frías aguas atlánticas son perfectas para el primer chapuzón del año. [caption id="attachment_2123" align="aligncenter" width="1000"] la ruta del atún Escultura dedicada al atún en Tarifa (foto: Manolo Bermúdez Trabol).[/caption] Tarifa · Del 25 de mayo al 3 de junio La capital del viento, Tarifa, también homenajea al pata negra del mar durante diez días en su VI Ruta del Atún. Alrededor de medio centenar de establecimientos hosteleros se suman a esta iniciativa, que más allá de la gastronomía incluye otras muchas actividades. Propuestas de senderismo, visitas a la antigua fábrica de salazones de la ciudad romana de Baelo Claudia, salidas de avistamiento de pájaros y cetáceos o recorridos guiados por la Isla de las Palomas son solo algunas de ellas. Una magnífica oportunidad, además, para conocer playas como Los Lances y Valdevaqueros, un paraíso para quienes aman los deportes náuticos, especialmente el kite surf. Nacho Sánchez | Periodista
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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

  Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan.   Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que «la experiencia fue doblemente emocionante», comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera.     Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día.     Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento     Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo. Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés.     Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez)     Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). «El record anual. No solo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum», afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat.     Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez)   Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de «muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida». Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral.     Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies


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