Ruta de sabores con un frit mallorquín y un buen vino

Por Ramon Roset


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Baleària nos invita a disfrutar de un nuevo maridaje a bordo del trayecto que une Barcelona con Alcúdia. Ganas, tenemos, y muchas. Y Baleària nos lo pone muy fácil con las rutas que nos conectan a diario entre Balearey Cataluña, donde podemos disfrutar con toda comodidad de ese trayecto entre dos territorios de singulares paisajes, rica cultura y bello patrimonio.

La propuesta es recibir y acompañar a quien embarca en Barcelona a través de un maridaje basado en productos enogastronómicos de Mallorca. Porque siempre lo decimos pero aquí insistimos: esta isla tiene mucho que decir desde sus fogones y bodegas, que nos regalan platos con tradición y vinos con solera.

El frit mallorquín es uno de los platos más emblemáticos de la cocina tradicional mallorquina de interior, de payés. No existe unanimidad entre estudiosos sobre el origen de la receta, ya que mientras unos consideran que nació derivado de la tradición medieval, otros afirman que tiene origen semita por su similitud con ciertos platos de la cocina judía-sefartida y árabe. Lo que sí es seguro es que la receta ya aparece citada en el Libre de Sent Soví, el recetario medieval de autor anónimo que se publicó en 1324.

 


 

Además de eso, cabe señalar que el frit mallorquín no tiene una única receta y puede incluso cambiar de nombre según sus ingredientes. En esencia, es una fritada con aceite de oliva de trozos de carne, hígado, corazón, pulmones y sangre cocida, normalmente de cerdo, con ajos y bichos condimentado con pimienta, laurel, hinojo, clavo y canela. Incluye también patatas, pimientos rojos y cebollas tiernas, todo frito. Además, según la estación del año, cuenta con habas tiernas y alcachofas, que se añadirán a la cazuela de la carne y especias una vez esté todo elaborado.

Si se cocina este plato durante la temporada de la matanza del cerdo, recibe el nombre de ‘frit de matanzas’, y si se sustituye la carne de cerdo por la de cordero, será el frit de Pascua’. Incluso existe una variante donde se cocina con productos de la mar, como la sepia, mejillones, gambas, rape…, y entonces le llamarán frit marinero’.

 


 

Para acompañar esta delicia, escogemos el vino Vinya Son Fangos Negre Eco de Vins Toni Gelabert (Denominación de Origen Pla i Llevant). Se trata de un cupaje de variedades autóctonas mallorquinas mantonegro y callet, com algo de merlot. Al vino se le da una criança de doce meses en barrica de roble francés y americano.

La intensidad aromática de este tinto, definida por aromas de frutos rojos, junto con una viva acidez y volumen en boca que le confiere la crianza, equilibrará perfectamente la potencia del conjunto gustativo del frit, especialmente por las vísceras y las verduras que hemos frito en aceite de oliva. Los aromas de hinojo y romero, con esas notas de especies dulces de la crianza se sumarán al conjunto aromático y gustativo de las especias, potenciándose mútuamente y realzando en su conjunto la experiencia sensorial del maridaje. ¡Buen apetito y feliz viaje!

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