Antonio García Fernández está en Baleària «de toda la vida»; no en balde comenzó, muy joven, en Flebasa, en 1991; y hasta hoy. Su papel, siempre relevante en la organización de la empresa, se concreta en la función de director de Sistemas de Negocio; por ejemplo, donde hay una nueva línea, ahí está Antonio García para organizar los sistemas informáticos y de comunicaciones, básicos para el buen funcionamiento de Baleària.
Aunque su puesto de trabajo está en Dénia, el despliegue de los sistemas de reservas y carga le obligan «a estar presente en todas las oficinas, y a formar parte de los equipos de puesta en marcha de las nuevas delegaciones», explica.
De los 25 años de trayectoria de la naviera, García destaca como hitos en su ámbito la ampliación de hasta 100 operadores del call center propio, coincidiendo con el principio de las operaciones del Federico García Lorca, o la puesta en marcha, pionera en el sector, de un sistema de ventas a través de la web de la compañía.
Transformación digital
Junto a ello, la modernización de los sistemas de gestión del área de personal, de compras o de flota. «Los últimos procesos de digitalización y de transformación digital en la flota y los servicios al pasajero han supuesto avances y mejoras en el servicio, que nos sitúan a la vanguardia de los servicios de transporte de pasajeros de cualquier medio, sea aéreo o terrestre, y, por supuesto siendo referentes y modelos a imitar en nuestro sector en España y Europa», asegura.
Como pionero de Baleària, Antonio García recuerda la crisis de Flebasa y la huelga mantenida por el personal de la empresa para que la dirección general de la Marina Mercante dejase operar al Manuel Azaña: «Nos quedamos sin servicios y sin ingresos y lógicamente con la inminente pérdida de los puestos de trabajo. En esos días, en los que muchos compañerosfueron a manifestarse en Madrid ante la Marina Mercante… a mí desde Dénia se me había encomendado la comunicación con los medios, y hubo un momento muy preocupante en el que los compañeros se tenían que enfrentar a los antidisturbios, y tenía que conseguir que pudiera haber presencia de la prensa en ese momento y lugar para evitar que les hiciesen daño», recuerda.
Antonio García resume en una frase el éxito de Baleària: «Supimos ser la empresa que mejor entendió en cada momento lo que había que hacer y lo hicimos de forma valiente y muy profesional, compitiendo e innovando». Esta actitud, unida al «tesón y conocimiento del negocio ha permitido a Baleària posicionarse en líneas operadas por otras navieras, competir en buena lid con ellas y convertirse en líderes a costa de las que han desparecido como pasó con Iscomar, o han sido adquiridas por Baleària, como fue el caso de Buquebus o Pitra/Umafisa».
Destaca García la «labor inconmensurable» de la Fundación Baleària —de «matrícula de honor», dice—. «La imagen de Baleària como empresa se ha ido construyendo en base a nuestros valores que desde el principio fueron nuestra guía en todo lo que hacíamos, y fruto de ese esfuerzo y compromiso, creo que es una empresa muy bien reconocida y valorada por la sociedad», señala.
Hombre de empresa donde los haya, Antonio García dice sentirse «orgulloso de pertenecer a este grupo de personas que día a día siguen trabajando duro para mejorar la empresa y que, junto a los que se incorporan cada día, hacen más grande y mejor a Baleària». Y, en esta línea, no quiere dejar de reseñar que desde hace 30 años está casado con Silvia Gil… a la que, como no podía ser de otra manera, conoció en las precarias oficinas que entonces tenía Flebasa en Dénia.