Aunque no es habitual y las aguas del Mediterráneo suelen estar tranquilas, el mareo puede convertirse en un enemigo de nuestro viaje. Tomar algunas precauciones ayudará a evitar los síntomas. La ‘cinetosis’ o mareo por movimiento se debe a la desconexión entre la información que percibe el oído interno, que detecta cómo el barco se mueve, y la de los ojos, que no lo detectan en el interior del buque. Como consecuencia, empiezan algunos síntomas comunes como náuseas, vacío estomacal, bostezos, salivación, malestar, palidez y vómito.
La mejor medicina para el mareo, como en la mayoría de enfermedades y trastornos, es la prevención. Por este motivo, es recomendable tener en cuenta algunas medidas. Antes de embarcar, debemos ingerir comidas ligeras. Si decidimos tomar algún medicamento contra el mareo, es mejor hacerlo media hora antes de subir a bordo para que haga efecto. Es aconsejable llevar agua, fruta y bebidas azucaradas que pueden ayudarnos a sentirnos mejor cuando empiezan los síntomas.
Una vez en el barco, tener presente que la zona con más estabilidad de movimiento es el centro. La proa también nos permite mirar el rumbo y dirección del barco para relajarnos, por lo que hay que evitar la popa del barco y, si puede ser, es aconsejable subir a la cubierta y refrescarse al aire libre. Mirar a un punto fijo en el horizonte y lejano también ayuda a prevenir el mareo.
Otro viejo truco consiste en presionar la muñeca enrollando un trozo de papel del tamaño de un garbanzo y colocándola debajo del reloj presionando las venas. También podemos usar una banda de presión de venta en farmacias. Mover los hombros hacia adelante y hacia atrás ayudará asimismo a relajar la musculatura y a sincronizar la postura con el movimiento del barco, lo que los expertos llaman adquirir 'piernas de mar'. Las respiraciones prolongadas y lentas también ayudan a reducir los efectos.
En caso de estos métodos no surtan efecto, lo mejor es recostarse de lado, de forma paralela al calado del barco con la cabeza hacia proa, y cerrar los ojos. La psicología también hace mucho, por lo que cuánto menos pensemos en el mareo, mejor nos sentiremos. En viajes largos el malestar suele durar solo las primeras horas hasta que el cuerpo se acostumbra al movimiento. Así que seamos positivos. ¡Pronto nos sentiremos mejor y el destino cercano será nuestra mejor recompensa!