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Desayunos de tenedor, cargar las pilas
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Desayunos de tenedor, cargar las pilas

Por J. Torné | Periodista


 

Son los desayunos ancestrales y rurales que en algunos sitios se les llaman de cuchara y en otros, de tenedor.

 

Los que cargaban las pilas de hombres y mujeres antes de combarse sobre el campo y las redes del mar o enfrentarse a los talleres y las fábricas. Hoy, aunque el panorama sea la oficina o un fin de semana tranquilo, hay restaurantes que siguen ofreciéndolos. Si nuestros antepasados vieran nuestros brunchs con resaca o los biscotes lights con quesos lights, nos darían un sonoro bofetón retroactivo. O la última moda, el brinner: cenar un desayuno. En fin.

 

¿Qué entra?

Josep Pla era un defensor de los esmorzars de forquilla (desayunos de tenedor). En ellos, están prohibidos los bocatas, el café con leche y las pastas y sopas. Se sustituyen por vino, mejor en porrón, y guisados, especialmente casquería (callos, capipota, manitas de cerdo), platos de sepia o bacalao, trinxat o carnes a la brasa.

 

¿Dónde?

En Catalunya, el templo es la Fonda Europa de Granollers, un restaurante de 1771 que antes los servía sólo los jueves –cuando hay mercado– y ahora, cada día a partir de las 9:00 (en la foto, su botifarra con seques). Allí Josep Pla disfrutó tanto con un desayuno que creía que era de noche. Destacan también Can Carola (Vila-Sacra) y Cal Penyora (Lluçà) y, aunque el desayuno de tenedor es más típico de comarcas, en Barcelona lo encontraréis en bares de mercado como La Pubilla (exteriores del Mercat de la Llibertat) y la Bodega d’en Rafel (cerca del Mercat de Sant Antoni). 

 

 

 

Los desayunos de tenedor cargaban las pilas de hombres y mujeres antes de combarse sobre el campo y las redes del mar o enfrentarse a los talleres y las fábricas.

 

El variado

En los bares con más arraigo de la isla de Mallorca hay una cosa abigarrada y no apta para finolis que se llama variado y que encaja con el desayuno de tenedor. Se basa en la combinación a antojo de tapas en un plato, de forma que la mayonesa de la ensaladilla se mezcla con la salsa de unos callos o de una llengua amb tàperes (lengua de ternera con alcaparras). Los encontraréis en mil sitios de la Part Forana y, en Palma, en Can Frau, el sensacional bar del Mercat de Santa Catalina.

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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

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Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
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  Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan.   Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que «la experiencia fue doblemente emocionante», comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera.     Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día.     Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento     Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo. Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés.     Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez)     Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). «El record anual. No solo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum», afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat.     Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez)   Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de «muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida». Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral.     Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies


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