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Navegar con ballenas y delfines, los compañeros del Estrecho
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Navegar con ballenas y delfines, los compañeros del Estrecho


 

Calma. Esta es la sensación a la que remite una y otra vez Alessia Scuderi para describir sus experiencias con las ballenas.

 

Calma, respeto y la sensación de haber tomado la decisión correcta. La tesis doctoral de esta bióloga marina sobre las poblaciones de cetáceos en el estrecho de Gibraltar ha pegado un salto cualitativo desde que se animó a cambiar su Calabria natal por la Costa del Sol. Y de implicar a la Fundació Baleària en la investigación que realiza con la empresa MMIRC (Marine Mammal Information, Research & Conservation) y la Universidad de Cádiz.

 

En enero de 2018, Scuderi y una colaborada comenzaron a realizar labores de prospección de mamíferos marinos a bordo del Passió per Formentera y el Poeta López Anglada, los ferries de Baleària que operan la ruta entre Algeciras, Ceuta y Tánger. Y desde entonces cuentan cada salida por un nuevo avistamiento: «Ayer mismo tuvimos a un rorcual a 500 metros –explica entusiasmada- Imagínate. Es el animal más grande del planeta, por detrás de la ballena azul. Y nadaba tranquilamente a dos palmos del barco».

 

 

Scuderi trabajando durante el trayecto Algeciras - Tánger Med

 

El estrecho de Gibraltar es un área con una enorme biodiversidad y  zona de paso de cetáceos. Durante todo el año es posible contemplar la migración de calderones y diversas especies de delfín (mular, común y listado) en sus trayectos entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Otras especies de cetáceos son más escurridizas, como el cachalote (que puede verse de primavera a otoño), las orcas (solo en verano) o los rorcuales (rara vez). Todos estos mamíferos marinos se encuentran en seria amenaza de extinción en el Mediterráneo y cuentan por ello con un régimen especial de protección de acuerdo con la Directiva Hábitat de la Unión Europea. Su comportamiento está ampliamente estudiado en los meses de verano pero existe un vacío sobre sus desplazamientos en periodo invernal.

 

Estos datos son los que recopilan pacientemente Scuderi y su ayudante desde el puente de mando de los buques de Baleària. Oteando desde cada aleta del buque, armadas con un par de prismáticos y un sencillo GPS, anotan cada mamífero marino con el que se encuentran, las características de la detección y diversos detalles de contexto. Con los resultados aspiran a completar el puzle de migraciones de los cetáceos en esta zona y a facilitar, con ello, nuevas y más efectivas políticas de conservación para estas especies. Quedan todavía muchas salidas, meses, quizá años para transformar estos datos en un cambio tangible. Pero Scuderi no pierde la mirada a corto plazo; la oportunidad de aportar su granito de arena en el día a día para mejorar las cosas. «Comparto mucha información con capitanes y los oficiales –explica- En general están muy sensibilizados con la fauna marina. Y muy receptivos cuando abordamos estrategias de conservación; cómo no interferir en sus rutas o evitar colisiones». Sus conocimientos en biología marina son muy apreciados a bordo. Y esta receptividad y conciencia medioambiental en los buques españoles, nos confiesa, está siendo de las sorpresas más agradables del proyecto. 

 

 

Calderón común

 

Volvemos al principio. A aquel rorcual que tanto impacto ha causado a la investigadora. ¿Por qué los cetáceos? ¿Por qué este interés por las ballenas, entre tantos animales? Después de una sonrisa: «¿Por qué no? –dice Scuderi- Son animales hermosos, inteligentes y con una larga vida detrás. Hemos encontrado animales que han vivido dos guerras mundiales… ¿has visto alguna vez una ballena nadando en el mar?».

 

 

Fundació Baleària: un aliado para la conservación de los cetáceos

El estudio Transectos lineales fijos usando ferris como plataforma de observación para monitorizar las poblaciones de cetáceos es un proyecto de doctorado de la Universidad de Cádiz y la empresa MMIRC (Marine Mammal Information, Research and Conservation), en colaboración con la Fundació Baleària. En virtud de este acuerdo, desde inicios de año la naviera facilita la logística y el transporte para la monitorización de cetáceos desde los ferries que operan en el estrecho de Gibraltar. Los periodos de investigación contemplan una media de diez salidas al mes. La Fundació Baleària mantiene vigentes otros convenios de colaboración científica para el control de cetáceos y la avifauna del Mediterráneo con el Grupo Ornitológico Balear (GOB) y el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya. 

 

 

Scuderi con miembros de la tripulación de Baleària, durante el trayecto de Algeciras-Tánger Med.

Scuderi con miembros de la tripulación de Baleària, durante el trayecto de Algeciras-Tánger Med

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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

  Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan.   Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que «la experiencia fue doblemente emocionante», comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera.     Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día.     Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento     Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo. Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés.     Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez)     Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). «El record anual. No solo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum», afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat.     Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez)   Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de «muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida». Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral.     Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies


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