Un mar de Posidonia para dos islas

Por Carmelo Convalia | Periodista


La Posidonia oceanica, erróneamente considerada como un alga, es la clave de la abundante biodiversidad sumergida. Esta planta marina es la principal causa de la transparencia del agua y de la calidad de la arena de las playas de Ibiza y Formentera, lo que viene a ser equivalente a una importante selva submarina.

Las aguas del Parque Natural de ses Salines de Eivissa y Formentera son únicas. Bañan la costa de dos islas y de varios islotes, y forman una extensa unidad que se caracteriza por su transparencia que refleja toda la gama de azules y verdes imaginables. La temperatura que mantiene este mar es otra de las claves de su merecida fama, entre los 13 grados centígrados de mínima en invierno y los 31 grados de máxima que se registran en pleno verano en s’Estany des Peix, en Formentera.

Otro factor que justifica tanta belleza sumergida es la falta de aluviones desde tierra, salvo en las contadas ocasiones en las que se registran lluvias torrenciales, lo que hace que exista muy poca materia en suspensión. Estas condiciones permiten que una planta marina (con raíz, tallo y oración regular), la Posidonia Oceanica, esté presente en casi el 40% de los fondos que cubren las aguas incluidas en el Parque Natural de ses Salines.

La Posidonia es también el ser vivo más longevo del planeta. Un equipo científico del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea), dependiente de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), detectó hace algunos años que una sola semilla de Posidonia había crecido en los últimos 100.000 años ocho kilómetros en aguas pitiusas, manteniéndose intacta. Es importante saber que la cepa de Posidonia crece unos 2 centímetros al año, pero puede ser destruida en segundos.

La superficie marina de este entorno protegido es de 13.611 hectáreas sobre un total de 15.397 hectáreas que tiene el parque. Esta planta, erróneamente considerada como un alga, produce una importante cantidad de oxígeno que  hace posible que las playas se conserven limpias. Pero además representan una barrera natural que protege las playas del efecto erosivo del oleaje, contribuyendo a su estabilidad y manteniendo, al mismo tiempo, la dinámica de los sistemas dunares del litoral.

La Posidonia está incluida en la Directiva Hábitats (92/43CEE) y es el bien natural protegido en la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ‘Ibiza: biodiversidad y cultura’. Aunque estas praderas estén consideradas como las mejor conservadas del Mediterráneo occidental, también es cierto que existen claras señales de su progresivo deterioro.

El bosque submarino de Posidonia alberga una intensa vida de seres marinos de todas las especies que conviven a su abrigo. Este tapiz verde es como un oasis en el desierto de arena de la plataforma marina de Eivissa y Formentera que se caracteriza por su extensión y por su relativa poca profundidad. En los últimos años las aguas pitiusas se han convertido en uno de los destinos preferidos de los amantes de los deportes náuticos. Tanto de los que quieren disfrutar del mar desde un yate o un velero, como de aquellos que optan por desarrollar alguna actividad física durante sus vacaciones relacionada con el medio marino.

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