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El legado volcánico de la Garrotxa


Los meses de octubre y noviembre son una de las épocas del año más bellas para visitar el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa (Girona). Sus bosques y las grandes extensiones de tierra que un día fueron volcanes en activo conforman uno de los valores paisajísticos más excepcionales de la Península Ibérica. Las tonalidades marrones, naranjas, amarillas y rojas toman el protagonismo de La Garrotxa, un bello paraje de montaña situado a muy poca distancia del mar y que combina lo mejor de la naturaleza con el pasado volcánico de la esta zona de la provincia gerundense. Uno de los espacios de obligada visita es La Fageda d’en Jordà, un lugar místico considerado por muchos como el bosque más bonito de Catalunya. El otoño es una de las mejores épocas para visitar esta gran extensión de hayedos de más de 20 metros de altura, cuando las hojas caducas de los árboles adquieren una gama de tonalidades dignas de inmortalizar en una fotografía. Al lugar, muy popular sobre todo durante los fines de semana, se puede llegar en coche y la mejor forma de explorarlo es a pie siguiendo algunas de las rutas establecidas, dependiendo del nivel de dificultad y del tiempo que dispongamos. También se puede recorrer el parque en un carruaje de caballos, una de las opciones preferidas entre los más pequeños de la casa.   la garrotxa   Paseo por los cráteres  La Garrotxa es internacionalmente conocida como uno de los centro volcánicos de referencia en el sur de Europa, ofreciendo más de cuarenta conos volcánicos y 20 coladas de lavas basálticas (manto de lava fluida emitido por un volcán durante sus erupciones). Existen múltiples rutas para explorar los distintos volcanes de la zona, aunque los más impresionantes son los de Santa Margarida y El Croscat. Uno de los itinerarios más completos es el que tiene  su punto de partida a los pies de La Fageda d’en Jordà. El primer punto al que llegamos es el volcán de Santa Margarida, que llegó a tener importantes erupciones explosivas hace 11.000 años. Actualmente está cubierto por bosques de encinas y prados en la zona del cráter. A casi 800 metros de altura se encuentra El Croscat, el cono volcánico más grande de la Península Ibérica y al que los expertos consideran como uno de los más importantes de la zona (la última erupción volcánica se produjo hace alrededor de 14.000 años). El espacio museístico construido en la ladera de este volcán es un buen lugar de divulgación de la estructura geológica. Desde esta especie de mirador se puede observar al detalle el interior del cono volcánico, así como su formación y las distintas capas y tonalidades de colores que lo conforman. Aquellos que quieran un camino más corto pueden escoger el que se inicia en el monolito erigido en memoria del poeta catalán Joan Maragall, (1860-1911), en el que está inscrito su poema inspirado en La Fageda d’en Jordà. Tras subir unas escaleras nos adentraremos en un sendero en el que descubriremos la vida que esconde esta gran reserva natural.   la garrotxa   Un bosque terapéutico En el corazón del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa se encuentra el bosque centenario de Salvador Grau, un espacio de gran valor natural situado en el término municipal de Les Preses, muy cerca de Olot, y que recientemente se ha unido a un proyecto ecoturístico de salud pionero en España. Bosques Saludables e Itinerarios Terapéuticos es un selecto club de zonas naturales en el que solo se aceptan bosques maduros, que cuentan con una flora y fauna especial fruto de su historia y que ofrecen itinerarios en los que respirar, relajarse y contemplar la naturaleza. Un paseo por los caminos de robles, hayas y fresnos del parque son suficientes para comprobar en primera persona la gran riqueza de este paraje situado en pleno suelo volcánico.   David Palacios | Periodista - www.davidpalacios.eu  
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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan. Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que “la experiencia fue doblemente emocionante”, comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera. Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día. [caption id="attachment_2145" align="aligncenter" width="1000"] Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento.[/caption] Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar. Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo.  Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés. [caption id="attachment_2154" align="aligncenter" width="1000"] Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). “El record anual. No sólo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum”, afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat. [caption id="attachment_2152" align="aligncenter" width="1000"] Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de “muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida”. Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral. [caption id="attachment_2150" align="aligncenter" width="1000"] Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies.[/caption]


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