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Mercadillos en Ibiza: aires hippies y artesanía

Por Judit Binefa | Periodista


Los mercadillos con objetos hechos a mano o importados de países exóticos proliferan durante el verano en Ibiza, y se han convertido en un atractivo más de la isla, donde millares de turistas buscan llevarse la aparente esencia hippy de la isla en forma de souvenir. Dos mercadillos destacan sobre el resto, el de Las Dalias, por el ambiente y la calidad de los productos que se pueden comprar, y el Hippy Market Punta Arabí, por ser el más antiguo y de mayores dimensiones. Lo que en el año 1973 empezó como una animación de hotel más que se ofrecía a los turistas del Punta Arabí (en Es Canar), se ha convertido varias décadas después en el mercadillo más grande de la isla de Ibiza. Todos los miércoles de abril a octubre, el núcleo turístico de Es Canar es invadido por miles de turistas atraídos por el famoso Hippy Market, que con unos 500 puestos es el más grande de la isla. Quizás vayan en busca de un recuerdo que llevarse a su tierra, o rastreando lo que queda de la Ibiza hippy; lo cierto es que entre los centenares de puestos se puede encontrar de casi todo. En una tarde, pueden adquirirse unas babuchas marroquíes, un tapiz de la India, un colgante nepalí, un bolso confeccionado en Guatemala, un bikini del Brasil o una máscara africana… y también artesanía típica de la isla, o un vestido de la blanca moda Adlib. En pleno verano miles de personas prefieren cambiar un día de sol y playa en las famosas calas ibicencas, por el bullicio y el colorido de los puestos del mercadillo, que sigue celebrándose en las instalaciones del Club Punta Arabí, un complejo de 80.000 metros cuadrados. Gracias a ello, el público dispone de numerosos servicios, además de varias opciones de bares y restaurantes. Algunos miércoles, se ofrecen actuaciones en directo en las callejuelas del complejo, y hay una calle con talleres infantiles para que los más pequeños puedan emular las creaciones que se venden en el mercadillo. Algunos puestos llevan en Es Canar desde los años setenta. [gallery columns="2" link="none" size="full" type="rectangular" ids="1263,1264"] El mercadillo de Las Dalias es otro de los imprescindibles en la isla. Empezó con cuatro puestos un día de invierno de 1985, como alternativa al de Es Canar, que estaba muy consolidado ya por aquel entonces, y fue creciendo gracias al boca a boca. En los años setenta, diversificó su oferta con actuaciones de artistas nacionales e internacionales. Actualmente, además del mercadillo, Las Dalias acoge una amplia variedad de eventos, como la conocida fiesta Namasté. Los sábados, los jardines y el interior del restaurante son el escenario del mercadillo principal, con unos 200 puestos. De junio a septiembre, además, se celebra el Night Market los lunes por la noche. Además de la originalidad de las obras que se pueden comprar, otro elemento distintivo es el valor añadido que ofrecen a los que se acercan al mercadillo de Sant Carles. Como en el caso del mercadillo de Es Canar, hay artesanos que llevan vendiendo en Las Dalias desde hace 25 años; algunos incluso, han pasado el testigo a sus hijos. Visitar algunos de los mercadillos es parte del ritual que todo veraneante debe seguir. Judit Binefa | Periodista
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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan. Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que “la experiencia fue doblemente emocionante”, comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera. Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día. [caption id="attachment_2145" align="aligncenter" width="1000"] Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento.[/caption] Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar. Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo.  Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés. [caption id="attachment_2154" align="aligncenter" width="1000"] Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). “El record anual. No sólo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum”, afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat. [caption id="attachment_2152" align="aligncenter" width="1000"] Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de “muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida”. Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral. [caption id="attachment_2150" align="aligncenter" width="1000"] Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies.[/caption]


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