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Melilla: modernista, española y divina
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Melilla: modernista, española y divina

Por Tania Costa. Fotos: Patronato de Turismo de Melilla


Melilla-Palacio-de-la-Asambleab

 

Es la segunda ciudad española con más edificios modernistas, solo por detrás de Barcelona. Ahí siguen, erguidas, en pie, pese al salitre, las majestuosas edificaciones que hacen de la ciudad un sitio muy especial, con mucho encanto arquitectónico, y una excelente gastronomía.

 

Cambiar de mundo en cuestión de minutos al pasar de Europa a Marruecos cruzando la  frontera. Melilla es puente entre dos universos. De esos lugares que sorprenden gratamente. El  modernismo y la diversidad de las culturas musulmanas, judía, cristiana, hindú, gitana y china que conviven en ella hacen de la ciudad un sitio muy diferente y especial. En este 2022, Melilla cumple 525 años de españolidad. A ella llegas llorando, pero el refrán advierte de que de aquí también te vas llorando.

 

Día 1:
08:00

Empezar el día haciendo deporte. Por el paseo de las Horcas Coloradas. Cuando corres por esa zona, tus ojos se clavan en las montañas de Marruecos que tienes enfrente. La vista es  espectacular.


09:30
Reponer fuerzas en La Selecta
, una cafetería con terraza que da a la Avenida Juan Carlos I, el centro neurálgico del Modernismo. Aquí puedes degustar el desayuno típico melillense: té moruno con churros. En la acera de enfrente, está la escultura del arquitecto Enrique Nieto, hacedor del milagro de convertir Melilla en cuna modernista de tintes catalanes.


10:30
Inicio del recorrido por el centro
. A tiro de piedra tienes el Palacio de la Asamblea, construido en 1932. Es un edificio modernista con dos torres árabes, que refleja el combo cultural que es la ciudad. Subiendo por la avenida tienes la Casa Tortosa, de 1914. Maravillosa e imponente pese a los cables que estrangulan su fachada.


11:30
Un vistazo a los edificios emblemáticos. El edificio La Reconquista, construido en 1915, da a la Plaza Menéndez Pelayo y a la iglesia del Sagrado Corazón. Ahí, en esa zona, tienes el bar Arábica, por si tienes sed y quieres tomar un zumo natural de naranja.

 

Edificio La Reconquista, proyectado en 1915


12:30
La Melilla judía. A la espalda de la avenida está la Sinagoga a pocos pasos de la iglesia del Sagrado Corazón, en la calle Ejército Español. Se puede concertar una visita guiada. Es sobrecogedora, como sacada de una leyenda.

 

14.00
Degustar la gastronomía local. Ve a Casa Sadia (junto a la Sinagoga) para probar los langostinos de la Mar Chica y los pinchitos morunos. Si prefieres buena carne, tienes La Traviata, te queda cerca y se come de escándalo. Si buscas comida casera de cuchara, el restaurante Mar de Alborán (General Prim, 24) tiene menú diario que lo mismo te combina unas lentejas con hígado a la moruna, que un caldero bereber (carne en salsa) con una ensalada.


16:00
Tarde de playa. Prueba los mojitos del chiringuito Soul Beach, en la playa de San Lorenzo. Hay que ver la cala de la Ensenada de Galápagos, una playita escondida entre las rocas.


21:00
Pescaíto frito para cenar: En la calle Castelar, hay tres bares con Soletes de la Guía Repsol: La Gaviota, Castelar y La Casa de L’Abuela (este último solo abre los fines de semana).


22:00
Puedes tomar algo en Melilla La Vieja, en el bar de la Plaza de Estopiñán.

 

La Casa Tortosa es una de las joyas de Enric Nieto

 

Día 2:
10:00

Visita al cementerio de La Purísima. Es pequeño, pero especial. En él están enterrados los héroes de la Guerra del Rif. No te pierdas la tumba del Soldado de los Milagros, Benito López Franco, muy venerado en la ciudad.


11:00
Incursión en el Rastro. Desde el cementerio, bajando por Castelar te encuentras la Melilla modernista devastada por el paso de los años. A tu derecha, tienes el barrio del Rastro y la Mezquita central, un edificio modernista diseñado por Enrique Nieto. En los alrededores tienes un cafetín y muchas tiendas pequeñas donde comprar chilabas, dátiles, artesanía marroquí o los típicos tallines de barro y las cuscuseras. Si tienes dudas de cómo hacer el cuscús, pídele a la dependienta que te dé la receta. Es fabulosa.

 

14:00
Hora del cuscús. Prueba un buen cuscús en el restaurante Caracol Moderno. Comida bereber exquisita y una decoración a tono. De una gama más modesta tienes el cuscús del Europizza (Calle La Legión, 36). No te dejes llevar por el nombre. Es único. Prueba el batido de aguacate.

 

Hora del cuscús


17:00
La Melilla verde. No te vayas de Melilla sin visitar el Parque Forestal o el Parque Hernández, pegado al centro. Ideal para fotos de Instagram, pero sobre todo para apreciar el ir y venir de culturas. Tiene un bar donde tomar una cerveza mientras disfrutas del paisaje.


19:00
La ciudad desde arriba. No te pierdas las vistas subiendo a la terraza del Museo de Arte  Contemporáneo Casa del Reloj. Desde ahí arriba, Melilla es inmensa pese a tener poco más de 12 kilómetros cuadrados.


21:00
Cena de despedida. Tienes que probar el restaurante Instinto (Carlos de Arellano, 12). Tiene buenos vinos y langostinos de la Mar Chica muy frescos. No dejes de probar la ensaladilla con nueces o el tartar de atún.


23:00
De vuelta a la Avenida Juan Carlos I, pasarás por el edificio de la Comandancia Militar de Melilla y más adelante está el inmueble conocido como El Acueducto, en la avenida Reyes Católicos, frente a la sede de la UNED. Inaugurado en 1928, es una mezcla del estilo clásico, art decó y modernista. De los más bellos de la ciudad aunque el criterio general destaca La Casa de los Cristales, que en su día fue el Gran Hotel Reina Victoria (Prim, 18).

 

La Casa de Los Cristales, en su día hotel Reina Victoria

 

Imprescindible: Té moruno, Cuscús y Duty Free

Imprescindible probar el té moruno, los pinchitos morunos y el cuscús. El Rastro para ir de compras y la calle Castelar para probar pescados fritos. Recuerda que en Melilla el tabaco y el alcohol son más baratos que en la península porque no tienen impuestos. Tienes varias tiendas Duty Free en la Avenida con una selección de productos de lujo. Trae zapatillas  y bañador. Camina la ciudad, corre y, si el tiempo lo permite, date un chapuzón en la playa Ensenada de Galápagos. Tómate una copa o un refresco en el kiosco de Melilla La Vieja. Pasea por la Avenida y O’Donnell, el corazón comercial, no dejes de ir al paseo de Horcas Coloradas.

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Talento femenino que marca el rumbo
Historias del mar

Talento femenino que marca el rumbo

  Durante años el mar ha sido territorio de hombres, y ahora cada vez son más las mujeres que desarrollan su carrera profesional en puestos de marinería y de puente en los barcos.   Ya es una realidad, las mujeres están tomando el mando de los buques. Y eso se nota al embarcar en cualquiera de los barcos de Baleària, en los que cada vez es más común ver a mujeres con uniforme dirigiendo la operativa de embarque o con mono de trabajo, herramienta en mano, listas para desempeñar su trabajo a bordo. Las carambolas del destino y de la distribución de las tripulaciones han hecho que el ferry Abel Matutes hay contado con un puente de mando y una sala de máquinas representados mayoritariamente por mujeres.   Pero los inicios de las mujeres en los puestos de Puente y Máquinas (también llamado 'Deck and Engine') no fueron fáciles. «No era usual ver mujeres en el barco. Durante mucho tiempo fui la única», nos cuenta Marga Rodríguez, jefa de máquinas y una de las pioneras en su profesión en nuestro país allá por los inicios de los 90.     Marga Rodríguez, jefa de máquinas: «Me encanta que todas las máquinas vayan al conjunto, que vayan bien y ser parte de ello» Gracias a mujeres como Marga, que han ido marcando el rumbo, las nuevas generaciones lo han tenido más fácil y muchas de ellas encuentran referentes dentro de su círculo familiar. «Mi tío es jefe de máquinas de Baleària y fue él el que me llevó a un barco. Desde que pisé el puente por primera vez supe que quería ser capitana», afirma Laura Román, capitana del ferry Abel  Matutes. Son mujeres decididas, valientes y con ganas de ir cumpliendo metas pero que, además, disfrutan con los desafíos que les presenta su día a día a bordo. «Lo que más me gusta de mi trabajo son las operativas rápidas porque suponen un gran reto en el que hay que estar muy atenta para que todo salga bien», explica Maria José Martínez, la 2ª oficial.     María José Martínez, 2ª oficial «Mi reto es seguir navegando y llegar a ser 1º oficial» Y todas estas mujeres si tienen algo en común, a parte de su pasión por el mar, es la de amar su profesión. «La mayor parte de la vida la pasa uno en el trabajo y aquí me pasa el tiempo volando porque disfruto con lo que hago», asegura Laura Abad, marinera de máquinas. Además todas coinciden en destacar la gran familia que se forma a bordo con toda la tripulación, lo que hace más llevadero sus días embarcadas. Estas cuatro mujeres representan el cambio que está viviendo el sector marítimo y en el que Baleària quiere contribuir. Con determinación, pasión y compromiso, han roto barreras y navegan con firmeza hacia un futuro donde el talento no entiende de género.     Laura Abad, marinera de máquinas: «Incluso cuando estoy desembarcada, aprovecho para salir a navegar porque el mar es mi pasión»


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Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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