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10 faros para perderse
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10 faros para perderse


 

La solitaria profesión de farero hace décadas que ha cambiado; de hecho siquiera se llaman así; ahora son técnicos de sistemas de ayuda a la navegación.

 

Sin embargo, sus antiguas casas y las torres que iluminan el mar siguen allí, ayudando a la navegación marítima y fascinando a los visitantes de lugares que parecen de otro mundo. Estos son diez de estos faros, de todas las épocas, en entornos urbanos, costas idílicas o lejos, muy lejos de todo.

 

Favàritx - Menorca

Al noreste de la isla, en una zona casi inhóspita, dando la impresión de estar casi en el fin del mundo, se levanta solitario un faro a franjas blancas y negras con una vivienda de dos pisos en su base, que en los últimos tiempos ha sido convertida en una sala de exposiciones de objetos relacionados con el mundo de las balizas y faros marítimos.

 

 

Faro de Favaritx en Menorca (autor: Tolo Balaguer)

Faro de Favaritx en Menorca (autor: Tolo Balaguer)

 

 

Alcanada - Mallorca

Al llegar a Alcúdia en barco desde Barcelona o Ciutadella, una de las cosas que más llaman la atención a los pasajeros es un islote idílico, Alcanada, con una única construcción: su faro, con una altura de 15 metros y una vivienda cuadrada al pie, siendo una de las imágenes de postal de una de las zonas más bonitas de Mallorca.

 

Formentor - Mallorca

Es un destino mágico, casi como el final de un largo viaje al norte de Mallorca, donde se cierra la bahía de Pollença y desde donde se puede ver buena parte del oeste de Menorca. La antigua vivienda de los fareros se convirtió hace años en una cafetería con unas vistas impresionantes a los acantilados y al mar.

 

 

Formentor en Mallorca (autor: Tolo Balaguer)

Formentor en Mallorca (autor: Tolo Balaguer)

 

 

Cap de Barbaria - Formentera

Julio Medem lo inmortalizó en el cine haciéndolo co-protagonista del cartel de su película Lucía y el sexo, filmada en gran parte en Formentera. La otra integrante del reclamo era una sensual Paz Vega sobre un ciclomotor dando la espalda al faro de 20 metros al que cada tarde llegan visitantes para vivir una de las mejores puestas de sol de la isla.

 

El Moscarter - Ibiza

En el extremo norte de Ibiza, en medio de la nada, surge impresionante una torre de 53 metros de altura, la más alta de Balears, con unas enormes bandas helicoidales blancas y negras. Se inauguró hace menos de 40 años ya totalmente automatizado y por eso no tiene vivienda ni instalación alguna en su pie, dando una impresión de gran lápiz clavado en la tierra.

 

 

La Farola de Málaga

 

 

La Farola - Málaga

Esta torre de 38 metros estaba originalmente en el extremo exterior de un puerto que ha ido creciendo progresivamente hacia el suroeste. Es uno de los símbolos de la ciudad que ha quedado totalmente integrado en el llamado Muelle Uno, la zona más moderna de restauración de Málaga y este año abrirá las puertas a los visitantes como museo portuario.

 

Cabo de Gata - Almería

Es el destino final de muchas excursiones por el El Parque Natural Marítimo-Terrestre de Cabo de Gata-Níjar. Una de las puestas de sol más bonitas de Andalucía puede disfrutarse desde la base de este faro, construido sobre las ruinas del castillo de Francisco de Paula, sobre un acantilado de 50 metros de altura que cuenta con una torre de 18 metros.

 

Punta Almina - Ceuta

En 1849 Antonio Philippe de Orleáns, Duque de Montpensier y cuñado de la reina Isabel II visitó Ceuta. Subió a caballo al Monte Hacho y quedó impresionado por el tráfico marítimo del Estrecho. Esa excursión facilitó la instalación del faro, financiado en gran parte por el duque y que funciona ininterrumpidamente desde 1855.

 

Sant Sebastià - Girona

El faro más potente del litoral de Catalunya está en Llafranc (Palafrugell), una de las zonas más bonitas de la Costa Brava, a 170 metros de altura sobre el nivel del mar. En la antigua vivienda del farero, se ha instalado ahora un restaurante japonés, y muy cerca hay una ermita y un hotel con mucho encanto.

 

Nuevo Faro - València

Rompe radicalmente con el pasado. La instalación más moderna de España se ha construido en un extremo de la ampliación norte del puerto de València y se aleja de la imagen típica de los faros clásicos: tiene 31 metros de altura, es azul y amarillo y fue construido únicamente con materiales compuestos, fibra de carbono y fibra de vidrio con matriz polimérica.

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Talento femenino que marca el rumbo
Historias del mar

Talento femenino que marca el rumbo

  Durante años el mar ha sido territorio de hombres, y ahora cada vez son más las mujeres que desarrollan su carrera profesional en puestos de marinería y de puente en los barcos.   Ya es una realidad, las mujeres están tomando el mando de los buques. Y eso se nota al embarcar en cualquiera de los barcos de Baleària, en los que cada vez es más común ver a mujeres con uniforme dirigiendo la operativa de embarque o con mono de trabajo, herramienta en mano, listas para desempeñar su trabajo a bordo. Las carambolas del destino y de la distribución de las tripulaciones han hecho que el ferry Abel Matutes hay contado con un puente de mando y una sala de máquinas representados mayoritariamente por mujeres.   Pero los inicios de las mujeres en los puestos de Puente y Máquinas (también llamado 'Deck and Engine') no fueron fáciles. «No era usual ver mujeres en el barco. Durante mucho tiempo fui la única», nos cuenta Marga Rodríguez, jefa de máquinas y una de las pioneras en su profesión en nuestro país allá por los inicios de los 90.     Marga Rodríguez, jefa de máquinas: «Me encanta que todas las máquinas vayan al conjunto, que vayan bien y ser parte de ello» Gracias a mujeres como Marga, que han ido marcando el rumbo, las nuevas generaciones lo han tenido más fácil y muchas de ellas encuentran referentes dentro de su círculo familiar. «Mi tío es jefe de máquinas de Baleària y fue él el que me llevó a un barco. Desde que pisé el puente por primera vez supe que quería ser capitana», afirma Laura Román, capitana del ferry Abel  Matutes. Son mujeres decididas, valientes y con ganas de ir cumpliendo metas pero que, además, disfrutan con los desafíos que les presenta su día a día a bordo. «Lo que más me gusta de mi trabajo son las operativas rápidas porque suponen un gran reto en el que hay que estar muy atenta para que todo salga bien», explica Maria José Martínez, la 2ª oficial.     María José Martínez, 2ª oficial «Mi reto es seguir navegando y llegar a ser 1º oficial» Y todas estas mujeres si tienen algo en común, a parte de su pasión por el mar, es la de amar su profesión. «La mayor parte de la vida la pasa uno en el trabajo y aquí me pasa el tiempo volando porque disfruto con lo que hago», asegura Laura Abad, marinera de máquinas. Además todas coinciden en destacar la gran familia que se forma a bordo con toda la tripulación, lo que hace más llevadero sus días embarcadas. Estas cuatro mujeres representan el cambio que está viviendo el sector marítimo y en el que Baleària quiere contribuir. Con determinación, pasión y compromiso, han roto barreras y navegan con firmeza hacia un futuro donde el talento no entiende de género.     Laura Abad, marinera de máquinas: «Incluso cuando estoy desembarcada, aprovecho para salir a navegar porque el mar es mi pasión»


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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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