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10 lugares para practicar snorkel en el Mediterráneo
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10 lugares para practicar snorkel en el Mediterráneo


 

Nuestro litoral Mediterráneo esconde paisajes que desbordan la imaginación más artística y sirven de pórtico a un mundo aún más deslumbrante, el que descansa bajo la delgada capa de agua que nos asoma a sus fondos someros, cargados de vida y de luz, cálidamente acogedores y repletos de color.

 

Un viaje fugaz e intenso que nos transporta a algunos de los infinitos rincones de la mar donde atravesar el espejo del agua y visitar un mundo en el que todos, sin límite de edad y con sólo unas gafas de bucear, podrán disfrutar.

 

1. El sueño del pintor: Cala Jugadora (Cadaqués)

A los pies del Cap de Creus la fuerza de la geología se impone en un paisaje erosionado durante millones de años. Sus transparentes fondos cuentan con todos los ingredientes del mejor Mediterráneo: blancos arenales, laberínticos pasadizos rocosos y frondosas praderas de verde Posidonia, ese pulmón del mar donde los tordos se escabullen mientras nubes de castañuelas se agitan en permanente baile acuático.

 

2. Los tonos del mar: Cala Macarella (Menorca)

Al sur de la isla encontramos pinos asomándose al mar, aguas turquesa y luminosos arenales flanqueados por roca en los laterales; sin duda los enclaves más interesantes para los snorkelistas que podrán observar multitud de especies, desde la vistosa anémona incrustante amarilla tapizando paredes sombrías hasta montones de peces que, como el serrano y la vaqueta, encuentran refugio entre las numerosas rocas de sus fondos.

 

3. Puro Mediterráneo: Cala Figuera (Mallorca)

Al norte, muy cerca del cabo de Formentor, fondos transparentes salpicados de guijarros dibujan entretenidos recorridos. En la cara derecha, tras atravesar una plataforma rocosa poco profunda, podremos dirigirnos hacia unos pequeños islotes, rodearlos e inspeccionar huecos y grietas que tal vez nos sorprendan con algún pulpo que se pertrecha tras su peculiar barricada de piedras y conchas.

 

4. Entre el mar y el cielo: Cala Serena (Mallorca)

En el sudeste de la isla descubrimos esta discreta cala en la que dirigiremos nuestras aletas a la pared derecha, buscando la punta del cabo que la separa de Cala Ferrera. Atravesaremos un arenal donde tal vez se delate alguna pelaya perfectamente camuflada. Por la pared hay grandes rocas tapizadas de algas pardas y rojizas permanente sobrevoladas por los sargos. Pasada la punta se extiende la Posidonia oceánica, que siempre esconde muchísima vida.

 

5. Alma de marinero: Cala Portinatx (Ibiza)

Un pequeño embarcadero donde todavía lucen los tradicionales llaüts da aún más carácter a este enclave. Nuestro paseo acuático nos llevará a la parte derecha, siguiendo la pared de Punta Galera y dirigiéndonos hacia el islote. Un fondo de fina y blanca arena por el centro da paso a otro de roca en el lateral procurando albergue a la variada fauna como las coloridas julias, doncellas y fadrís.

 

6. Blanca y radiante: Es Caló de Sant Agustí (Formentera)

Nos dejará sin palabras el fulgor de sus aguas transparentes que amplifican el fondo arenoso, donde tan hábilmente se refugia el discreto y cotizado pez raor. Los salientes rocosos son oasis en los que se acomodan pequeños peces como el blenio y el gobio que parecen observarnos mientras sobrevolamos tan excepcionales aguas.

 

7. David mirando a Goliat: Embarcadero de la Isla (Benidorm)

Frente a los rascacielos se encuentra la isla, un paraíso sumergido con muchísima vida. El fondo se presenta como un suave veril sólo salpicado eventualmente por alguna roca. La ruta nos lleva dejando la pared a nuestra izquierda hasta un vistoso arco de piedra que, como una ventana al azul, nos invitará a atravesarlo. La plataforma rocosa alberga a pequeños crustáceos y peces como serranos y tordos.

 

8. Sentidos con sensibilidad: Playa de Maro (Málaga)

Escondida entre acantilados y rodeada de una vegetación exuberante, Maro nos ofrece interesantes recorridos por sus fondos rocosos donde abundan los peces, ya que está prohibida la pesca. Tímidos meros se refugian en las numerosas oquedades, a menudos ocupadas por erizos, mientras obladas y pequeñas lisas patrullan en grupo sin cesar. Algunos ríos desembocan en forma de vistosa cascada en las proximidades.

 

9. Misterios del mar: Arrecife Las Sirenas (Almería)

En pleno Cabo de Gata y muy cerca de su faro surgen del mar las antiguas chimeneas volcánicas cuya oscuridad contrasta con la transparencia del agua, que presenta tonos esmeralda y que acoge unos fondos impactantes, con pasillos entre la roca, tapizadas de coloridas algas, y un lecho arenoso donde los snorkelistas avanzados podrán hacer descensos más profundos.

 

10. El refugio del pirata: Cala Desnarigado (Ceuta)

Esta pequeña cala, que toma su nombre de un pirata berberisco, se ubica en la parte africana del Mediterráneo y sus refrescantes y transparentes aguas acogen unos fondos perfectos para el snorkel. Las pequeñas bogas y castañuelas tejen cortinas en incesante movimiento mientras que, a más profundidad son los sargos y las obladas las que dominan contando en ocasiones con la fugaz aparición de espetones.

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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

  Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan.   Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que «la experiencia fue doblemente emocionante», comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera.     Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día.     Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento     Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo. Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés.     Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez)     Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). «El record anual. No solo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum», afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat.     Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez)   Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de «muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida». Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral.     Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies


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