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48 horas en la Serra de Tramuntana
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48 horas en la Serra de Tramuntana

Por Jesús Torné


 

En invierno, pero también en verano, hay otra isla: hay que buscarla al margen del bullicio, de las colas de coches a Es Trenc o de las tiendas de souvenirs.

 

La Serra de Tramuntana, en el norte y cuyo paisaje cultural fue declarado Patrimonio cultural por la UNESCO en 2011, es el accidente geográfico más rotundo de una isla que ya es en sí un paraíso geográfico. Da para 48 horas o para una vida 

 

DÍA 1:  

07:00 - Amanecer de Sa Dragonera desde la playa de Sant Elm 

Dependiendo del día, será a una u otra hora. Desde el vértice oeste de la Serra de Tramuntana, Sant Elm (Andratx), uno ve alumbrar el sol al islote de Sa Dragonera ejecutando uno de los espectáculos naturales más sobresalientes de la isla. Podemos aprovechar para echar el primer chapuzón en esta playa con bastantes servicios. 

 

10:00 - Desayuno en Galilea  

En la plaza de este agradable pueblecito hay un par de bares, el Bar Sa Plaça tiene buenas vistas a la Serra. Abre a las 10:00 pero, si el hambre aprieta, podemos ir a Es Capdellà y tomar un variado o un pa amb oli -patrimonios gastronómicos insulares- en Es Molí. 

 

11:30 - Torre de Ses Ànimes 

Desde esta atalaya de finales del siglo XVI se disfruta de una de los mejores atardeceres de Mallorca, pero son raros los puntos desde la Serra desde dónde no ver magníficamente este espectáculo. 

 

12:30 - Port des Canonge 

En esta zona del litoral hay playas similares: tranquilas, de cantos rodados y grava, cristalinas y prácticamente vírgenes. Ésta encaja en la ruta pero Cala Banyalbufar o el puerto de Valldemossa son también buenas opciones. El Port des Canonge es estrecho y con poco espacio, pero por ese motivo hay poca afluencia. 

 

 

 

 

14:00 - Can Marió y de compras en Valldemossa 

Can Marió es como comer en una casa mallorquina. Había sido un hostal, tiene más de cien años y parece que se ha detenido el tiempo. La carta recoge los platos clásicos de la cocina local: arròs brut, los distintos tipos de frit, sopes, llom amb col, escaldums y el gató de postre. Podremos bajar la comida en el pueblo donde Chopin y George Sand pasaron un controvertido invierno en 1838. Valldemossa es una localidad preciosa. Si aún os queda hambre, podéis pedir una coca de patata y un granizado de almendra en Ca’n Molinas, por ejemplo. 

 

 

 

 

17:00 - Tras los pasos de los genios en Deià 

El Archiduque Luis Salvador de Austria captó la belleza natural de las islas y la inmortalizó en su gran obra, el Die Balearen. Otros dos importantes escritores -Robert Graves y Ramon Llull- confluyeron en Deià en siglos distintos. Podemos descubrirles por ejemplo en Miramar, que fue palacio y monasterio, y en el pueblo de Deià en el caso de Graves: es especialmente delicado su sitio de reposo: desde el cementerio tenemos una vista abrumadora del paraje. Si se busca un chapuzón, Cala Deià es coqueta y liberal. 

 

 

 

 

20:30 - Puesta de sol en Son Marroig 

Ésta es una zona de atardeceres espectaculares, pero el recorte de luces del templete de mármol del Archiduque en Son Marroig, y a sus pies Sa Foradada es lo que llaman un must.  

 

21:30 - Cena y copas en Sa Fonda de Deià 

Este bar abrió hace 30 años y pronto se convirtió en anzuelo de las estrellas. La lista es larga y seguramente ha contribuido que Michael Douglas y Mike Oldfield hayan tenido casas en los aledaños. 

 

 

 

 

DÍA 2 

10:00 - Es Canyeret 

Comenzamos el día en la playa de Llucalcari. Rodeados de rocas, algunas enormes, y con los pies en la grava, podemos bañarnos en el mar o en barro, mezclando la arcilla con el agua de una fuente próxima. Si tenemos un kayak cerca y energía, podemos acercarnos a sa Cova Fosca, una gruta gigante cavada en los acantilados. 

 

11:30 - Sóller 

Parada obligatoria de la Serra, Sóller es uno de los mejores ejemplos de pueblo de interior pero, gracias a la migración a Francia o Suiza de sus vecinos en el siglo XIX y a su retorno, es también un museo al aire libre de arquitectura modernista. La veremos en su iglesia, en el Banco de Sóller, en Can Prunera o en su epílogo, el cementerio de Son Sang. Podemos zamparnos un helado de Sa Fàbrica antes de bajar al puerto: lo haremos en coche o con el tranvía, apéndice del antiguo tren de madera que comunica el pueblo con Palma.  

 

13:00 - Excursión a Sa Calobra y el Torrent de Pareis 

En el puerto de Sóller cogemos uno de los barcos que llevan a Sa Calobra y al Torrent de Pareis. En temporada alta, sale uno a las 13:00. El trayecto es corto, de aproximadamente 45 minutos y en él se puede contemplar la escarpada silueta de la costa de la Serra. A la sombra del Puig Major, el pico más alto de la isla, con 1.445 metros, Sa Calobra está comunicada con el Torrent de Pareis por un caminito estrecho, para el que se recomienda calzado cómodo y estar en forma. Pintores y cineastas han captado la arrebatadora belleza de esta desembocadura. Si no nos atrevemos a ir al Torrent, podemos quedarnos en la playa de Sa Calobra y comer en alguno de sus restaurantes.   

 

 

 

 

16:40 - Vuelta al Puerto de Sóller 

Paseamos por este puerto o tomamos algo en una de las muchas terrazas de esta zona turística, pero elegante, de Mallorca. Si tenemos fuerzas, podemos subir hasta el mirador de Santa Catalina, que abarca una buena vista del puerto más grande de la costa noroeste. Luego, tomamos el tranvía para volver a Sóller y retomar la ruta en coche. 

 

20:30 - Puesta de sol desde el Nus de sa Corbata 

Desde esta carretera repleta de curvas, con un desnivel de 900 metros, se contempla una de las puestas de sol más bonitas de Mallorca. Podremos parar en alguno de sus miradores para contemplarla. 

 

21:00 - Cena en Miceli 

Marga Coll es una de las grandes cocineras de la isla. Cada día va al mercado de Inca y diseña el menú de su restaurante en Selva, municipio limítrofe con la Serra. Magnífica cocina y producto mallorquines. El problema: encontrar mesa, por lo que hay que reservar con tiempo.  

 

23:00 - Noche en el santuario de Lluc 

Nada mejor que despedirnos de la Serra alojándonos en el santuario que alberga la patrona de la isla. Fundado en el siglo XIII, dispone de 81 habitaciones y 39 apartamentos con muchos servicios.  

 

Fiestas en los municipios de la Serra 

Sant Victorià (primer sábado de julio) - Fiestas en Campanet 

Virgen del Carmen (16 de julio) - celebraciones en los pueblos marineros 

Sant Jaume (25 de julio) - Banyalbufar 

La Beata (28 de julio) - Valldemossa 

Moros y Cristianos (2 de agosto) - Pollença 

Sant Llorenç (10 de agosto) - Escorca 

Mare de Déu d’agost (15 de agosto) - Fiestas en varios pueblos 

Sant Roc (16 de agosto) - Alaró 

Fiestas del Rei en Jaume (1-15 de septiembre) - Calvià 

Sant Mateu (21 de septiembre) - Bunyola 

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Talento femenino que marca el rumbo
Historias del mar

Talento femenino que marca el rumbo

  Durante años el mar ha sido territorio de hombres, y ahora cada vez son más las mujeres que desarrollan su carrera profesional en puestos de marinería y de puente en los barcos.   Ya es una realidad, las mujeres están tomando el mando de los buques. Y eso se nota al embarcar en cualquiera de los barcos de Baleària, en los que cada vez es más común ver a mujeres con uniforme dirigiendo la operativa de embarque o con mono de trabajo, herramienta en mano, listas para desempeñar su trabajo a bordo. Las carambolas del destino y de la distribución de las tripulaciones han hecho que el ferry Abel Matutes hay contado con un puente de mando y una sala de máquinas representados mayoritariamente por mujeres.   Pero los inicios de las mujeres en los puestos de Puente y Máquinas (también llamado 'Deck and Engine') no fueron fáciles. «No era usual ver mujeres en el barco. Durante mucho tiempo fui la única», nos cuenta Marga Rodríguez, jefa de máquinas y una de las pioneras en su profesión en nuestro país allá por los inicios de los 90.     Marga Rodríguez, jefa de máquinas: «Me encanta que todas las máquinas vayan al conjunto, que vayan bien y ser parte de ello» Gracias a mujeres como Marga, que han ido marcando el rumbo, las nuevas generaciones lo han tenido más fácil y muchas de ellas encuentran referentes dentro de su círculo familiar. «Mi tío es jefe de máquinas de Baleària y fue él el que me llevó a un barco. Desde que pisé el puente por primera vez supe que quería ser capitana», afirma Laura Román, capitana del ferry Abel  Matutes. Son mujeres decididas, valientes y con ganas de ir cumpliendo metas pero que, además, disfrutan con los desafíos que les presenta su día a día a bordo. «Lo que más me gusta de mi trabajo son las operativas rápidas porque suponen un gran reto en el que hay que estar muy atenta para que todo salga bien», explica Maria José Martínez, la 2ª oficial.     María José Martínez, 2ª oficial «Mi reto es seguir navegando y llegar a ser 1º oficial» Y todas estas mujeres si tienen algo en común, a parte de su pasión por el mar, es la de amar su profesión. «La mayor parte de la vida la pasa uno en el trabajo y aquí me pasa el tiempo volando porque disfruto con lo que hago», asegura Laura Abad, marinera de máquinas. Además todas coinciden en destacar la gran familia que se forma a bordo con toda la tripulación, lo que hace más llevadero sus días embarcadas. Estas cuatro mujeres representan el cambio que está viviendo el sector marítimo y en el que Baleària quiere contribuir. Con determinación, pasión y compromiso, han roto barreras y navegan con firmeza hacia un futuro donde el talento no entiende de género.     Laura Abad, marinera de máquinas: «Incluso cuando estoy desembarcada, aprovecho para salir a navegar porque el mar es mi pasión»


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Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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