Fornalutx y la Serra de Tramuntana

Por Aitana Tomás P.


fornalutxiserratramuntana

A los pies del Puig Major, el pico más alto de la Serra de Tramuntana, está enclavado uno de los pueblos con más encanto de Mallorca: Fornalutx, punto de partida de nuestra ruta por los pueblos de Tramuntana, convertida en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

 

Día 1:

09:00

De paseo por Fornalutx. Empezamos recorriendo las empedradas y empinadas calles de uno de los pueblos más bonitos de España, entre antiguas casas de piedra, sorteando las decenas de macetas llenas de flores que decoran sus adoquines. El origen de esta alquería árabe se hace latente en sus estrechas calles. Mientras paseamos podemos ir fijándonos en sus tejados para descubrir que muchas de las tejas están pintadas y decoradas con animales, signos religiosos o símbolos astrales; algunas fueron pintadas ya en el siglo XVI, mientras que las más recientes datan de principios del XIX.

10.00

Oferta cultural. Visita a la Iglesia de la Nativitat de la Margótico, en su plaza principal y al Museo de C'an Xoroi, una antigua tafona (almazara) industrial convertida en museo etnográfico para ver y conocer más sobre las peculiares tejas, restauradas y pintadas del pueblo. Recomendamos hacer una parada en alguna de las terrazas de la plaza principal de Fornalutx para tomar algo refrescante y continuar nuestra ruta.

Escalinata empedrada en el interior del pueblo
 

12.00

Rumbo a Sóller. Llega el momento de salir hacia Sóller, no sin antes hacer una parada en Biniaraix para un buen brunch. En este pequeño pueblo, Dos Alquemistas (Katja & Kate) acaban de abrir una bodega donde ofrecen comida orgánica creada con el modo de vida del 'poc a poc' mallorquín. Además de la carta habitual también para comidas, realizan habitualmente pop-ups de chefs de la isla.
 

13.30

Can Prunera, un imprescindible. Ya en Sóller, junto a su imponente iglesia parroquial de San Bartolomé, declarada bien de interés cultural, y el bullicio y comercio de sus calles de los alrededores, merece especial atención la visita a Can Prunera, donde se exhibe una valiosa colección de arte con obras de Warhol, Picasso o Kandinsky, entre otros.
 

17.00

Parada para un refresco. Momento perfecto para tomar un helado artesanal de limón o naranja –no podría ser de otra forma– en Ca'n Pau, sentados en la plaza contemplando de nuevo su iglesia y el tranvía atravesando la plaza.

Tranvía Histótico a su paso por la iglesia de San Bartolomé (Sóller)
 

18.00

Viaje en tranvía. De camino a Port de Sóller. Es momento de subir al histórico tranvía que nos llevará entre campos de naranjos a Port de Sóller. Aquí es imperativo pasear por el puerto de lado a lado mientras nos cruzamos con locales y turistas sofisticados que se alojan en los hoteles más coquetos de la zona.
 

20.00

Atardecer desde Patiki Beach. Nos quitamos los zapatos para caminar por la arena hacia Patiki Beach. Es la hora de tomar un cóctel o un vino al atardecer en uno de los lugares más de moda
de la isla. Podemos quedarnos allí a cenar si queremos probar cualquiera de sus sugerentes platos de comida orgánica.
 

21.30

Cena a pie de playa. Nuestra recomendación es un clásico del puerto: cena en Restaurant Es Canyís. Ubicado a pie de playa, es uno de los locales de 'toda la vida' para probar su magnífico carpacho de gamba de Sóller.

 

Día 2:

9.00

Visita a Deià. Este precioso pueblo acoge durante todo el año a artistas venidos de todo el mundo que lo escogen como su lugar de residencia creativa por su magnetismo y especial energía. De ahí que haya una parada obligatoria tanto en la casa como en la tumba de Robert Graves. Visitar estos dos lugares, todo un privilegio, nos transportará a la vida cotidiana del autor de Yo, Claudio o La diosa blanca.

Cala Deià
 

12.00

Magnetismo natural. Toca levantar la vista y contemplar las altas montañas que rodean este pueblecito. Grandes monumentos de piedra que envuelven Deià en un magnetismo inevitable para todos. Pasear por sus calles, respirar el olor de los naranjos y disfrutar del ver, el ir y venir de locales y residentes comprando en alguna de sus dos tiendas o simplemente tomando un café en alguna de las terrazas mientras conversan. Merece especial atención, en la calle principal, visitar cualquiera de las tiendas de diseñadores, ceramistas o de las concept store que agrupan una bonita selección de objetos de todo el mundo.
 

13.30

Y de la montaña a la playa. Emprendemos el tortuoso camino hacia Cala Deià –también puede ser andando, pero la vuelta será un buen entrenamiento de piernas– para darnos un chapuzón en sus cristalinas aguas.
 

15.00

Comida en Cas Patró Marc. Un clásico y ya afamado restaurante –también por haber sido foco de muchas películas–, pero es que su ubicación y producto lo avalan. Regentado por una familia de varias generaciones ofrecen pescado fresco con unas increíbles vistas a la cala. Hay que fiarse de lo que pone en la pizarra, es el pescado fresco del día. Probablemente en la cola de entrada veamos al padre de familia pelando patatas. Saben todavía mejor cuando ves que no son congeladas.
 

Vista de Valldemosa

 

18.30

La joya de Valldemosa. A tan solo 20 minutos en coche estaremos en esta joya de la Tramuntana, para recorrer sus calles llenas de vida y más flores y más casas preciosas de piedra. Comercios y rincones por descubrir, mientras nos perdemos sin mapa. Antes de comenzar la tarde es necesario hacer una parada en Ca’n Molinas. No dejes de probar las ensaimadas y cocas de patata para llevar.
 

20.30

¿Atardecer en Sa Foradada o cena en un garaje transformado en restaurante (Es Taller)? A libre elección, según el hambre y las fuerzas que queden. En Sa Foradada encontraremos un atardecer de foto, ver el sol ponerse en el mar no es algo que pase cada día.

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