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Helados tradicionales en Mallorca
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Helados tradicionales en Mallorca


 

Si en Mallorca existe uno de los establecimientos más antiguos de Europa, Can Joan de s'Aigo, que lleva desde 1.700 elaborando unos deliciosos helados y quemuyars, es porque en la isla hay una sólida tradición respecto a este producto que antes tomábamos solo en verano.

 

Los de almendra cruda y de avellana tostada son los típicos pero no hay que olvidar los bombones o, en el terreno de las bebidas, el aigo amb neu y la horchata de almendra y las múltiples maneras de acompañarlos con bollería.

 

 

'Nieve' y 'aigo amb neu'

El quiosco Can Calent está en el centro de Sa Pobla. Cada día del año, Fina abre este cubículo donde elabora aigo amb neu de forma más moderna a como lo hacía su abuelo hace cien años. Entonces los helados dependían de que los nevaters bajaran nieve desde la Serra de Tramuntana y se realizara la mágica mezcla en una bomba, habitualmente de cobre. Afortunadamente, ahora todo es más sencillo y con idénticos resultados. Así que vale la pena, si estáis en Sa Pobla, uno de los pueblos más calurosos de la isla, acercaros a Can Calent y probar esta cremosa y refrescante bebida de limón.

 

Si Can Calent es el único sitio de Mallorca donde hacen aigo amb neu, la isla está llena de lugares donde poder degustar otros helados tradicionales. Hay cinco fábricas que los elaboran, muchas heladerías a pie de calle y restaurantes que se lo guisan ellos mismos. Hablamos básicamente del típico helado de almendra cruda acompañado de una ensaimada rasa, que sigue siendo el tentempié por excelencia de los mallorquines junto con el gató (un pastel de almendra) con mantecado. Para hacer el trabajo de campo, uno siempre puede ir a Valldemossa y tomar la emblemática coca de patata con helado o bien a Palma donde, si encuentra mesa en uno de los dos locales de Can Joan de s'Aigo, comprobará por qué esta granja se ha convertido en un emblema de la ciudad.

 

 

Ningún helado sin 'quemuyar'

Lo del cucurucho es relativamente nuevo. El helado siempre se había tomado solo o acompañado de un quemuyar (algo para mojar). En el Fornet de la Soca llevan tiempo recuperando recetas de las antiguas casas señoriales de Palma, donde aparecen todas las variedades de bollos que complementaban el chocolate caliente y, en verano, los helados. Hablamos de pasteles populares como la ensaimada, el gató, la coca de patata o el quarto, pero también de otros menos conocidos: el cojín imperial (una mezcla de ensaimada y coca de patata con barniz de yema de huevo), el serafí (un brioche parecido al suizo que se hacía sólo en verano), el cubellet (un gató individual), el congret (similar al quarto pero el azúcar glas se pone antes de hornear) o el madritxo (una especie de bizcocho de soletilla más seco). 

 

 

Los bombones

Además de un piropo, un bombón mallorquín es una canción de Joan Miquel Oliver y uno de los helados más típicos de la isla. En JOP llevan 50 años elaborando, casi artesanalmente, el cubanito (un almendrado con helado de vainilla), al que se ha sumado el bombón campaner (una especie de stracciatella de nata montada cubierta con más chocolate). Además, en esta fábrica de Campos han decidido convertir la pomada maonesa (la emblemática bebida de ginebra y limonada) en helado. Y no os cortéis: si queréis probar el único helado industrial con un 85% de almendra mallorquina, en JOP son los más proteccionistas.  

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Talento femenino que marca el rumbo
Historias del mar

Talento femenino que marca el rumbo

  Durante años el mar ha sido territorio de hombres, y ahora cada vez son más las mujeres que desarrollan su carrera profesional en puestos de marinería y de puente en los barcos.   Ya es una realidad, las mujeres están tomando el mando de los buques. Y eso se nota al embarcar en cualquiera de los barcos de Baleària, en los que cada vez es más común ver a mujeres con uniforme dirigiendo la operativa de embarque o con mono de trabajo, herramienta en mano, listas para desempeñar su trabajo a bordo. Las carambolas del destino y de la distribución de las tripulaciones han hecho que el ferry Abel Matutes hay contado con un puente de mando y una sala de máquinas representados mayoritariamente por mujeres.   Pero los inicios de las mujeres en los puestos de Puente y Máquinas (también llamado 'Deck and Engine') no fueron fáciles. «No era usual ver mujeres en el barco. Durante mucho tiempo fui la única», nos cuenta Marga Rodríguez, jefa de máquinas y una de las pioneras en su profesión en nuestro país allá por los inicios de los 90.     Marga Rodríguez, jefa de máquinas: «Me encanta que todas las máquinas vayan al conjunto, que vayan bien y ser parte de ello» Gracias a mujeres como Marga, que han ido marcando el rumbo, las nuevas generaciones lo han tenido más fácil y muchas de ellas encuentran referentes dentro de su círculo familiar. «Mi tío es jefe de máquinas de Baleària y fue él el que me llevó a un barco. Desde que pisé el puente por primera vez supe que quería ser capitana», afirma Laura Román, capitana del ferry Abel  Matutes. Son mujeres decididas, valientes y con ganas de ir cumpliendo metas pero que, además, disfrutan con los desafíos que les presenta su día a día a bordo. «Lo que más me gusta de mi trabajo son las operativas rápidas porque suponen un gran reto en el que hay que estar muy atenta para que todo salga bien», explica Maria José Martínez, la 2ª oficial.     María José Martínez, 2ª oficial «Mi reto es seguir navegando y llegar a ser 1º oficial» Y todas estas mujeres si tienen algo en común, a parte de su pasión por el mar, es la de amar su profesión. «La mayor parte de la vida la pasa uno en el trabajo y aquí me pasa el tiempo volando porque disfruto con lo que hago», asegura Laura Abad, marinera de máquinas. Además todas coinciden en destacar la gran familia que se forma a bordo con toda la tripulación, lo que hace más llevadero sus días embarcadas. Estas cuatro mujeres representan el cambio que está viviendo el sector marítimo y en el que Baleària quiere contribuir. Con determinación, pasión y compromiso, han roto barreras y navegan con firmeza hacia un futuro donde el talento no entiende de género.     Laura Abad, marinera de máquinas: «Incluso cuando estoy desembarcada, aprovecho para salir a navegar porque el mar es mi pasión»     Programa de talento femenino en Flota   Baleària ha trazado un plan para impulsar el talento femenino en flota, un sector que en general está muy masculinizado. Actualmente las mujeres representan el 16% del total de su tripulación. Sin embargo, se puede apreciar que el porcentaje crece hasta el 30% en el caso de los puestos en Servicios a Bordo, mientras que en Puente y Máquinas (un sector con escasez de profesionales y con la posibilidad de trabajar en tierra), las mujeres representan solo el 5%.   Baleària se ha marcado como objetivo alcanzar el 15 % de mujeres en Puente y Máquinas en 2030. Para ello, ha desarrollado un programa enfocado a alumnas de Puente y Máquinas, un plan de comunicación y difusión y la coordinación con entidades como Wista Internacional o la Organización Marítima Internacional.  


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Cinco lugares indispensables que visitar en Palma
Guías de viajes

Cinco lugares indispensables que visitar en Palma

Mallorca es una isla fascinante, con playas espectaculares, pueblos con encanto y mucha historia. Y, para conocer la historia de Mallorca, qué mejor que empezar por descubrir Palma, su capital, para luego seguir recorriendo el resto de la isla. Para viajar a Palma, el ferry nocturno de Baleària que te lleva desde Barcelona es la opción perfecta. Embarcas en Barcelona tu coche con todas las medidas de distancia y seguridad, y llegas a Palma a primera hora, momento perfecto para empezar a disfrutar de la isla sin aún muchos turistas y demasiado calor. Palma es una ciudad que se puede ver perfectamente en dos días, donde recorreremos las calles del antiguo barrio judío, el centro histórico, conoceremos su preciosa catedral y disfrutaremos de su excelente gastronomía.     Cinco lugares indispensables que visitar en Palma Castillo de Bellver El castillo de Bellver es un castillo de estilo gótico construido por orden del rey Jaime II de Mallorca. De él destaca que es un castillo de planta circular, uno de los pocos de Europa y el más antiguo de todos ellos. Debido a su situación, ubicado a 112 metros sobre el nivel del mar, nos permitirá observar la ciudad de Palma a nuestros pies, e incluso la Sierra de Tramuntana. La Catedral Es uno de los lugares imprescindibles que visitar en Palma y uno de los edificios más icónicos de la ciudad. Su construcción se inició en 1229 después de la reconquista de la isla por Jaime I. Destaca por encima de todo su rosetón, conocido como el Ojo del Gótico, el mayor rosetón original de todas las catedrales góticas europeas. Podéis visitar la Catedral, previo pago de los ocho euros que cuesta la entrada. Aunque por un poco más, podéis subir a sus terrazas y disfrutar de unas vistas privilegiadas. Palacio de la Almudaina El Palacio de la Almudaina fue un alcázar musulmán, restaurado después de la reconquista, que se convirtió en residencia de los reyes hasta que el reinado pasó a la Corona de Aragón. Merece mucho la pena hacer una visita por su interior.     Baños árabes La visita a los baños árabes no os llevará mucho tiempo, ya que el lugar es pequeñito. Sin embargo, es uno de los mejores lugares para ver parte del pasado árabe de la ciudad, cuando era denominada Madina Mayurca, aunque su estado de conservación no es demasiado bueno. Además, los jardines son una auténtica maravilla. El casco antiguo Uno de los mejores planes que hacer en Palma es conocer las antiguas casas señoriales de la ciudad y sus fabulosos patios. Seguramente el mejor conservado es el patio de Can Vivot, aunque también destacan Can Bordils o Can Oleza. Durante el paseo por el Barrio Antiguo de Palma, además de visitar las casas señoriales, aconsejo pasear por el antiguo barrio judío de la ciudad y conocer su dramática historia, visitar el Ayuntamiento de Palma, las antiguas murallas romanas de la ciudad y la Basílica de Sant Francesc, donde descansan los restos de Ramon Llull.    


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