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Estrenando el 'Eco fast ferry', una travesía Ibiza - Formentera en el 'EcoLux'
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Estrenando el 'Eco fast ferry', una travesía Ibiza - Formentera en el 'EcoLux'


 

Huele a nuevo, a muy nuevo, en la línea marítima entre Las Pitiusas.

 

Un olor del que te percatas cuando embarcas por la rampa de estribor y a popa en el EcoLux, uno de los nuevos Eco fast ferries de Baleària, que fue botado el pasado mes de febrero en los astilleros Gondán. La compañía hizo un encargo singular a esta empresa asturiana: cuatro catamaranes gemelos de 28 metros de eslora y con capacidad para 350 pasajeros destinados en exclusiva a cubrir la línea entre los puertos de la capital de Ibiza y La Savina, en Formentera, uniéndolos en tan solo 30 minutos al desarrollar velocidades de hasta 27 nudos, equivalentes a 50 kilómetros por hora. Tras rodear la península ibérica, navegando desde la ría de Ribadeo por el Cantábrico, el Océano Atlántico, el estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo, los gemelos se van incorporando a su servicio comercial a medida que recalan en Baleares.

 

Las sensaciones a bordo son buenas ya desde el principio: la comodidad del embarque rápido desde el Muelle de Ribera, en pleno centro de la ciudad es un privilegio: junto a la Avinguda de Santa Eulària, a pocos pasos de Vara de Rey y de Andanes, bajo Dalt Vila, la postal clásica de Ibiza. Ya a bordo el pasajero tiene dos opciones: ponerse cómodo el salón del puente inferior, climatizado y confortable o hacerlo en el puente superior, dividido en dos zonas: hacia proa también cubierta, con climatización y ventanas que atenúan los rayos y reflejos del sol o en popa, zona a la que se accede por una amplia puerta automática. Allí hay una amplia terraza-solarium con siete filas de asientos orientados en dirección de la navegación, un espacio diáfano central y una singular octava fila que mira hacia la estela, dejando atrás Ibiza, Formentera, los Freus, Espalmador, los faros, las playas, las puestas de sol o los amaneceres a bordo. La vida pasa bonita por esos asientos.

 

travesía en barco ibiza formentera

EcoLux mirando a Dalt Vila, vista desde la cubierta exterior

 

Primera sorpresa: la suavidad del motor. Ronronea al separarse del muelle y maniobra con suavidad para salir del amarre que queda junto a los pantalanes pequeños, concesionados a Ibiza Magna. El EcoLux gira sobre sí mismo con la misma facilidad que las lanchas que descansan en esos muelles y ahora deja a babor la estación marítima, frente al que está amarrado el primer ‘eco fast ferry’ de Baleària, el EcoAqua, que se estrenó en la línea en una jornada singular: el pasado 25 de diciembre, día de Navidad. Este verano no serán únicamente los EcoAqua y EcoLux los que se cruzarán en los puertos o durante la travesía. Ya serán los cuatro gemelos los que unirán las dos islas de manera continua también con el EcoAire y el EcoTerra.

 

Todos tienen el mismo nombre de pila y un apellido diferente. Como buques recién incorporados podían haberse bautizado con nombres de personas o lugares... aunque en este caso por sus características y la línea a la que han sido asignados, se justifica una idea común llamada 'Pangea'. Agua, Tierra, Aire y Luz son, según los clásicos, los elementos que componen la naturaleza y desde la naviera se ha querido diseñar un proyecto común para estas unidades de nueva construcción (y que siguen oliendo a mar y a nuevo mientras ya salimos de puerto). 'Pangea' es una iniciativa de la naviera relativa a la responsabilidad social en defensa del turismo sostenible. La intención es que durante la navegación los cuatro 'ecos' hagan pedagogía y comuniquen al pasaje informaciones relevantes sobre el Código Ético Mundial del Turismo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

 

Todo suma, pues a bordo hay información, paneles y vídeos sobre la materia de la sostenibilidad, un asunto que no es menor para nadie, sea visitante, residente o tripulante. Tras un café a bordo (por cierto, la taza es biodegradable) en el pequeño bar, de unas medidas más que suficientes para la travesía que se realiza, tengo la oportunidad de visitar al capitán Sala en su puesto de trabajo. Subo al puente de mando y allí su configuración recuerda a los aviones Airbus: grandes pantallas informan de absolutamente todo lo que pasa a bordo y lo que rodea al EcoLux durante su travesía. En la parte posterior de esta área, en un puesto único, el jefe de máquinas, también trabaja rodeado de pantallas que indican y controlan todos los parámetros técnicos de este catamarán.

 

travesía en barco ibiza formentera

En el puente de mando grandes pantallas informan de absolutamente todo lo que pasa a bordo

 

El puente tiene vistas de 360º y mirando hacia popa pueden verse tres filas de placas solares: energías renovables que dan servicio a buena parte de la electricidad del barco, incluidos unos conectores en popa donde pueden cargarse bicicletas y motos eléctricas aprovechando la travesía. Las sensaciones, además de la ya mencionada sobre el aroma a novedad, son de modernidad, lejos, muy lejos de aquella mítica 'Joven Dolores' que entre los 60 y los 90 unía Las Pitiusas en una travesía de más de hora y media a una velocidad de 10 nudos.

 

Pienso en aquel entrañable barco de madera que marcó una época en las islas mientras me fijo en el indicador de velocidad del buque: 25 nudos y una navegación suave. No da tiempo a mucho más y a medida que dejamos Illetes a estribor, el fast ferry va moderando su velocidad para enfilar la bocana de La Savina, donde el tráfico es siempre importante, tanto comercial como de ocio. El capitán Sala mira a su derecha mientras el Posidonia, otro de los buques de la naviera pasa por estribor rumbo a Ibiza. Dos generaciones de barcos, dos maneras de entender el mar y dos utilidades: Ibiza y Formentera no se podrían entender sin un buque que transporte las mercancías que necesita y tampoco sin barcos de nueva generación que modernicen el sector. Nuevamente suave y ronroneante, ya sobre el espejo de aguas protegidas de La Savina, el EcoLux maniobra para detenerse junto al muelle del pantalán, perpendicular al dique de abrigo. Amarrado y asegurado, la misma rampa vuelve a bajar ayudada con un motor eléctrico.

 

Varios pasajeros con amplia sonrisa en la cara ponen pie en Formentera por primera vez. Otros, a los que se le nota muchas travesías a sus espaldas, ponen pie en tierra con total normalidad: navegar forma parte de su día a día. En ambos casos hay satisfacción al bajar a tierra tras haber pasado tan solo media hora de navegación en un flamante barco 'made in Asturias' que ha modernizado el transporte local. Por cierto, el lugar de nacimiento de estos cuatro nuevos barcos, finalistas en el concurso Buque Destacado 2017, convocado por la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España, merece por sí misma una nueva historia. Hablaremos, pues, sobre Gondán en una próxima entrega de EntreOlas.

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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

  Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan.   Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que «la experiencia fue doblemente emocionante», comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera.     Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día.     Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento     Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo. Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés.     Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez)     Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). «El record anual. No solo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum», afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat.     Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez)   Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de «muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida». Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral.     Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies


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