Estamos rodeados de estrellas. Y no me refiero a los efímeros astros del espectáculo ni a las lejanas luces que coronan el cielo nocturno.
Escribo sobre esos coloridos animales que están presentes en prácticamente todos los mares del planeta y en cualquier tipo de fondos, desde la zona intermareal hasta las profundidades abisales. Las estrellas son un amplio grupo de invertebrados -carecen de esqueleto- del tipo de los equinodermos, como sus primos los erizos de mar, las holoturias o las más parecidas a ellas, las ofiuras.
Unos brazos muy completos
Estos vistosos animales carecen de cerebro y lo que es más curioso, de sangre, contando en su lugar con un sistema vascular de agua marina filtrada que le permite su desplazamiento a través de los brazos de los que proyectan pequeños tubos con ventosas que se adhieren químicamente al fondo. También en ellos disponen de su sistema sensorial, y es que al no tener ojos, las estrellas captan así la luz, los estímulos que le acercan a la comida, o las corrientes.
El poder de regeneración de las estrellas de mar es tal que no solo son capaces de recuperar un brazo perdido sino todo un cuerpo a partir de ese brazo.
David vence a Goliat
De mil colores y aspecto delicado, pese a su inofensiva apariencia las estrellas son voraces carnívoros y carroñeros que se nutren de todo tipo de animales como moluscos, crustáceos, esponjas, erizos e incluso los cadáveres de peces.
Su plato preferido son los moluscos como las ostras, los mejillones y las nacras, esa especie de enorme mejillón que se erige vertical en los fondos marinos.
Pero... ¿cómo podría atacar una frágil estrella la dura coraza de una nacra? Es cuestión de paciencia y de técnica. Cuando se enfrenta a un molusco lo rodea con sus brazos e intenta abrirlo para introducir por la hendidura una parte del estómago cuyos jugos gástricos disuelven los tejidos del molusco y producen un caldo que es tomado directamente por la estrella.
Una estrella intenta abrir una nacra
Las estrellas visten coraza protectora
Las estrellas son también bocado para otros animales y para evitarlo cuentan con un manto o piel calcificada que les protege de muchos de sus depredadores como las gaviotas, los cangrejos o las propias estrellas, enemigos a los que también pueden asustar con sus colores y texturas y que les pueden además servir de camuflaje para confundirse con el entorno.
Detalle de los pies con los que se desplaza la estrella
Una de las más curiosas es la pequeña estrella capitán Asterina gibbosa, con brazos gruesos y cortos, que a diferencia de casi todas las otras estrellas, durante la reproducción no lanza al agua los huevos sino que los sujeta sobre piedras y de ellos eclosionan directamente pequeñas estrellas totalmente desarrolladas, no larvas planctónicas como suele ser habitual.
Bellísimos animales que decoran pictóricamente los paisajes submarinos y enriquecen nuestros paseos subacuáticos, y que nunca sacaremos del fondo porque en pocos minutos se ahogarían como sucede con cualquier pez fuera del agua.