Una de las mejores cosas de la vida es tener la opción de elegir, incluso en las líneas marítimas.
¿Viajamos en ferry o en fast ferry? Bueno, depende del servicio que busquemos… En líneas de corta distancia Baleària opera tanto con ferries como con buques de alta velocidad para facilitar la conectividad entre territorios.
Para hacernos una idea de las velocidades que desarrolla cada uno, los ferries navegan a una velocidad máxima de 23 nudos, esto es 42,5 kilómetros por hora, mientras que un catamarán cruza el mar a 32 nudos, que equivaldrían prácticamente a 60 kilómetros por hora, una velocidad más que notable en el medio marítimo. Esta diferencia de velocidades reduce una misma travesía a prácticamente la mitad de tiempo. Que unos buques son más rápidos que otros es evidente. Tan obvio que lo podemos comprobar a simple vista, pero ¿qué hace que un fast ferry lo sea? ¿dónde está la clave para que los catamaranes como el Jaume I, el Avemar Dos o el Pinar del Río desarrollen mayor velocidad que los ferries Nápoles o Sicilia, el Abel Matutes o el Martin i Soler?
Fast ferries: diseño, materiales y propulsión
Todo es cuestión de diseño, de materiales...y de propulsión. Veamos: los primeros barcos comerciales de alta velocidad aparecen en Italia en los años 50, concretamente en el Lago Maggiore. Su nombre: Hydrofils o Hidroalas, que fueron desarrollándose a lo largo de las dos siguientes décadas construidos principalmente en los astilleros Rodriquez, los mismos en los que ya en el siglo XXI nacieron dos grandes monocascos de alta velocidad de Baleària: el recordado Federico García Lorca y el Ramon Llull, que en verano está destinado a unir directamente Dénia y Formentera con extensión a Eivissa, y en invierno navega entre Alcúdia y Ciutadella.
El fast ferry Ramon Llull de Baleària
Los hidroalas funcionan mediante una fuerza que eleva el casco de la nave gracias a la sustentación generada por medio de un ala sumergida en el agua. A baja velocidad se comporta como un barco convencional, pero a medida que esta aumenta, la presión del agua bajo el ala, unida a la disminución de la presión que se forma sobre la misma genera una fuerza de sustentación opuesta al peso de la nave y una vez alcanzada cierta velocidad es suficiente para elevar completamente el casco sobre el agua. Hace años, este tipo de barcos fueron usados en Canarias y en las líneas del Estrecho, pero las características del clima de estas zonas hicieron más viable la operación de catamaranes de alta velocidad, que con los que se usan actualmente. Los hidroalas pueden verse aun en zonas como el golfo de Nápoles o en ríos de China, Vietnam o Rusia, en este caso con hydrofoils de un característico diseño soviético.
La actual generación de fast ferries nació en los años 90 para sustituir a los antiguos hidroalas y los hovercraft. Los segundos eran embarcaciones movidas por hélices parecidas a los molinos o a las de los aviones montados en una estructura con base en un enorme colchón de aire y que fueron muy conocidas sobre todo en los servicios marítimos del Canal de la Mancha.
El fast ferry Jaume II
Los nuevos fast ferries están construidos con materiales más ligeros que los ferries convencionales y en su caso el aluminio sustituye al acero. Pueden ser monocascos o catamaranes (de doble casco) y su grupo propulsor es una de las mayores diferencias con el resto de barcos: los hidrojets, en lugar de las clásicas hélices. En este caso es la propia agua en la que navega la que aumenta su presión mediante una bomba y es disparada hacia atrás mediante una tobera que hace avanzar al barco, pudiendo desarrollar altas velocidades. La mayoría de los catamaranes comerciales de gran tamaño se construyen en dos astilleros australianos: Incat y Austal.
Los Jaume I, II y III son un producto de Incat; pueden llevar unos 640 pasajeros y 130 vehículos aproximadamente según la configuración. También salió de los astilleros Incat el Pinar del Río, mientras que el Avemar Dos, el catamarán de alta velocidad con mayor capacidad de la flota, es de Austal y puede transportar hasta 855 pasajeros y a 150 vehículos. La excepción a los anteriores es el Nixe, construido en los astilleros de Marinteknik en Singapur y también lo son los nuevos eco fast ferries que han entrado en servicio en las Pitiusas: en este caso son made in Asturias, concretamente en Gondan, los astilleros de Figueras de Castropol. Estos últimos destacan por su casco construido con poliéster reforzado con fibra de vidrio y por su innovadora proa, que garantiza una mayor fiabilidad y comodidad.
Eco Aqua, el primero de los eco fast ferries de Baleària para la línea Eivissa-Formentera
Hay un barco adecuado para cada servicio y los fast ferries de Baleària cumplen una función en las islas y en el Estrecho: ejercen de tren de alta velocidad sobre el mar, al tiempo que los ferries son los grandes transportistas, con enormes bodegas para vehículos y camiones y que hacen de hoteles que unen ciudades de día y de noche.