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Tres calas para hacer snorkel familiar en Ibiza y Formentera
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Tres calas para hacer snorkel familiar en Ibiza y Formentera

Por Rafa Martos | Obesmar


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Ibiza y Formentera son perfectas para disfrutar del snorkel. Con tan solo saber nadar y unas gafas de bucear podremos asomarnos a sus fondos someros y descubrir un mundo tan cercano, pero a la vez tan desconocido.


Sus playas y calas son insuperables en lo que a belleza de paisajes se refiere, y la biodiversidad es realmente abrumadora. Los fondos marinos de Ibiza y Formentera son de los más ricos del mediterráneo. Su litoral, que sólo supone el 0,8% de la superficie del Mediterráneo, acoge unas 17.000 especies, nada menos que el 6% de las especies marinas mundiales, lo cual nos da una idea de su enorme riqueza.

 

 

El snorkel es una sencilla actividad para todo el mundo, sin limitaciones de edad ni forma física, y que no requiere de formación, más allá de saber nadar. Es un modo enriquecedor de disfrutar del baño en el mar y, especialmente los niños, se sorprenden y disfrutan de un mundo desconocido y desbordante. 

 

Las rutas que ahora os proponemos son solo una pequeña muestra de las enormes posibilidades de las Pitiusas, y están extraídas de la Guía de Snorkel de Ibiza y Formentera, una publicación con más de 50 rutas, en la que ha colaborado la Fundació Baleària.

 


 

Cala En Baster, Formentera

 

Nos encontramos en un enclave de puro mediterráneo rodeado de paredes calizas, modeladas por la acción milenaria de los elementos, pero también por la mano del hombre, que ha trepanado el marés para crear cuevas en las que antiguamente varaban las embarcaciones de pesca.
 


Entramos al agua frente a las viejas rampas de madera y descubrimos una plataforma en la que se puede hacer pie. Iremos dejando la pared a nuestra izquierda e irán apareciendo piedras de medio tamaño que reúnen peces como las coloridas doncellas y cefalópodos como el pulpo, que no es habitual encontrar fuera de su guarida rocosa.


Más adelante se alternan grandes rocas con una amplia plataforma en la que se puede hacer pie, y en el extremo de la cala y pegado a la costa surge lo que parece un islote, aunque no es más que una lengua de roca unida al litoral.
 


Este puede ser buen momento para invertir el sentido deshaciendo el camino, o bien regresar al punto de inicio atravesando la cala, en cuyo caso encontraremos una pradera de posidonia que se alterna con un extenso arenal donde veremos grandes bancos de mabras, que remueven el fondo para alimentarse de los pequeños crustáceos que puedan estar bajo la arena.


Cala Codolar, Sant Josep

 

Al entrar al agua encontramos un fondo poco profundo salpicado de rocas medianas, generalmente cubiertas de algas pardas y otras de tono blanquecino. A medida que nos alejamos el fondo se presenta de un modo escalonado, distinguiéndose perfectamente los estratos rocosos que reproducen el fenómeno geológico que se da en superficie, mientras que en el resto de la cala el fondo es arenoso.

 


Junto a la plataforma surgen piedras de gran tamaño que concentran abundante fauna como sargos, fredis y gobios, peces que si tienen ocasión devorarán con fruición los erizos.


El agua aquí es límpida y la roca más blanca, lo que contribuye a dar más luminosidad a este fondo. En el exterior, la costa muestra pliegues y hondonadas y, frente a una de ellas, hay un escollo rocoso que emerge levemente y que es la cúspide de una gran piedra que descansa a -5 metros. A su alrededor encontramos muchas otras enteramente sumergidas y llenas de vida, como pulpos, que harán las delicias de los snorkelistas avanzados que gustan de hacer descensos en apnea.

 


 

Caló des Moltons, Sant Miquel

 

Preciosa calita del más puro mediterráneo a la que llegamos por un breve sendero desde la parte izquierda de la playa de Port de Sant Miquel. Esta pequeña cala se encuentra muy protegida del viento, salvo los de NE, y nos ofrece un sabroso recorrido que podemos comenzar siguiendo la pared de la derecha para, al llegar a un pequeño islote, darle la vuelta. Aquí el snorkelista más avanzado podrá hacer descensos y el fondo, tras la roca y la zona de posidonia, cae a un prístino arenal. 


Cuando hayamos completado el giro podemos pasar al otro lado, por donde se encuentra una caseta de pescador, atravesando un amplio arenal en el que a primeras horas de la mañana tal vez podamos ver alguna raya. 

 

Al llegar a la pared y tras la posidonia vuelven a surgir las rocas y el fondo duro, plagado de peces que siempre encuentran buen refugio entre ellas, y que nos acompañarán en el camino de regreso hasta el punto de inicio.