Formentera es la isla balear más pequeña y septentrional, también la menos accesible, solo se puede llegar a ella por vía marítima. El viaje hasta este paraíso, pequeño y frágil, es un poco más largo pero la tranquilidad y la riqueza de su naturaleza se deben en parte a ese aislamiento.
En cuanto desembarquemos en Formentera respiraremos ese aire de paz y tranquilidad que la convierte en un lugar diferente. Enseguida nos cautivarán sus aguas, únicas por su transparencia y color turquesa.
1. Puesta de sol. Cala Saona
Cala Saona es una bahía natural rodeada de acantilados bajos en los que se resguardan un gran número de varaderos en buen estado. El contraste de la roca rojiza con el azul turquesa del mar es asombroso, como la puesta de sol desde aquí. En días nítidos, puede distinguirse la silueta montañosa de la península.
2. Bañarse en aguas turquesas. Parque natural de Ses Salines
Las playas de Formentera se caracterizan por su blanca arena y sus aguas claras y transparentes, que enmudecen al visitante con inimaginables tonalidades azules y turquesas. La playa de Levante es toda de arena blanca y fina, jaspeada de pequeñas superficies rocosas. Illetes, suele ser un brillante y reluciente espejo adornado con los pequeños islotes que le dan nombre.
3. Paseo en bicicleta. Camino des brolls
Partiendo del puerto de La Savina, esta ruta rodea la gran laguna salada conocida como Estany Pudent, pasando por Ses Salines, características por las tonalidades rosadas y violetas. El camino de Es Brolls, que bordea gran parte del lago, es un lugar único para pasear. En este peculiar entorno, los juncos y otra flora de agua dulce, conviven con vegetación adaptada al entorno salino creando auténticas marismas ideales para que aniden las aves.
4. Senderismo con vistas. Camino de sa pujada
Es el camino histórico para subir a La Mola, nos lleva desde Es Caló hasta El Pilar de La Mola. A medida que vayamos ascendiendo nos sorprenderán las mejores panorámicas de la isla, del Racó de Sa Pujada y el Pou des Verro. Es un paseo que aúna patrimonio y naturaleza, piedra y mar, pasado y presente.
5. Artesanía de la isla. Mercado de la mola
¡Llévate contigo un trocito de Formentera! Desde mayo hasta mediados de octubre, en los mercados artesanos y artísticos de Formentera (la Mola y sant Francesc) se pueden encontrar auténticas piezas de arte y un recuerdo de la isla con el carácter que tiene una pieza hecha a mano.
6. Pasarelas a pie de mar. Migjorn
El gran arenal de la isla es la playa de Migjorn. Su extensión de 5 km en forma de media luna abarca todo el sur de la isla. En Migjorn se alternan pequeñas zonas rocosas con arenales y restaurantes de playa con gastronomía típica basada en arroces y pescados y algunos chiringuitos emblemáticos.
7. Posidonia de cerca. Submarinismo
A Formentera se la conoce por sus paradisíacas playas de finísima arena blanca, pero hay otro paraíso escondido bajo sus aguas. El litoral de Formentera dispone de unos fondos excepcionales. La habitual tranquilidad y nitidez de las aguas de la isla, se debe a la presencia de Posidonia Oceánica, una planta endémica que conforma uno de los ecosistemas más importantes del mediterráneo.
8. Varaderos únicos. Es caló de Sant Agustí
Esta pequeña población de tradición pesquera tiene un peculiar puerto natural y restaurantes tradicionales. Sus varaderos de madera, cuya función es resguardar del agua salada las pequeñas embarcaciones, fueron declarados lugar de interés cultural en 2002. El paseo por los alrededores está lleno de contrastes: las calas de arena de Ses Platgetes al oeste y los acantilados de la Mola al este.
9. El faro del fin del mundo. La Mola.
En el extremo este de la isla, está considerado por muchos visitantes como un lugar mágico, como un faro del fin del mundo. Es uno de los elementos más relevantes del patrimonio paisajístico y cultural de la isla, y ha sido remodelado para convertirse próximamente en un museo sobre el mar. Acogerá un centro de interpretación sobre la relación de la isla con el mar, la pesca y los movimientos migratorios, así como la historia marítima de Formentera.
10. Una cueva de cine. Es Cap de Barbaria
La imagen de un paisaje casi desértico, una carretera estrecha, el faro lejano en el centro y el azul del mar al fondo, forma parte del imaginario cinematográfico colectivo. El faro protagonista de esta fotografía es el de Es Cap de Barbaria, y es lugar de reunión para las puestas de sol por sus estupendas vistas. A mano derecha hay un acceso a la conocida cueva que aparece también en la película de Medem, con sobrecogedoras vistas del mar.