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El viaje del cormorán moñudo mediterráneo


Aunque estemos acostumbrados a las divisiones administrativas que parten territorios en países o comunidades autónomas, para las aves, y particularmente las marinas, el Mediterráneo es un ámbito en medio de su terreno de juego. Es su mar. Así, algunas especies nidifican en las Baleares y luego van a pasar el resto del año a las costas levantinas peninsulares. Otras tienen el nido en Mallorca, Menorca o las Pitiusas y van a comer cada día a la costa peninsular para volver al nido más tarde, emulando curiosamente lo que hoy día los viajes que realizan los barcos de Baleària. Con ello,  parece como si para muchas especies de animales fuesen plenamente vigentes los conceptos acuñados por los antiguos romanos e involuntariamente refuerzan el concepto de Mare Nostrum (mar nuestro) o, aún más, Mediterraneum (en medio de la tierra), que justamente le da nombre. Un mar del que todos somos corresponsables en cuanto a su conservación. Una de las especies que efectuan estos desplazamientos es el cormorán moñudo mediterráneo ( Phalacrocorax aristotelis desmarestii). Dentro de las tres subespecies del cormorán moñudo (la nominal, propia del Atlántico norte, una de la costa atlántica de Marruecos y la mediterránea), la presente en el Mare Nostrum está clasificada como v ulnerable a la extinción. Algunas de las amenazas que sufre vienen ligadas a su captura ilegal en algunas partes de su área de distribución –pese a ser especie protegida - , la captura accidental en artes de pesca incluso deportiva y la fragilidad de sus zonas de cría. [gallery columns="2" size="full" ids="1158,1157"] El cormorán moñudo mediterráneo es la típica especie de tamaño mediano, algo mayor que una gaviota, que se encuentra en costas rocosas y calas de Baleares y que incluso muchos bañistas han podido ver persiguiendo bajo el agua algún pez que capturar o posando tranquilamente en una roca. Los jóvenes tienen las partes inferiores muy blancas y los pies amarillentos mientras que los adultos son negros, de pico fino con base amarilla, ojo verde turquesa y unas plumas en forma de moño que les dan nombre pero que presentan sobre todo durante el invierno. Los cormoranes son aves adaptadas al buceo y, a diferencia de los patos por ejemplo, se mojan cuando se meten en el agua, lo que les obliga a secarse luego abriendo las alas mientras descansan en sus posaderos. El motivo de mojarse es el mismo por el cual los submarinistas llevan un cinturón de pesas: el poderse mantener mejor entre dos aguas para perseguir más eficazmente sus presas. Aunque las islas Baleares tienen una importante población nidificante de más de 1.000 parejas, bastantes ejemplares no se quedan allí todo el año sino que emprenden un viaje hacia las costas de Catalunya y de la Comunitat Valenciana donde pasarán su ‘invierno’. Y digo ‘su’ porque esta especie, a diferencia de la mayoría, funciona al revés: no cría en primavera sino en invierno y cuando todas las especies empiezan a nidificar, el cormorán ya ha acabado la temporada y sus pollos han volado. Y ese momento coincide con el verano ‘humano’. Es la época en que centenares de ejemplares se concentran en las costas peninsulares, en sitios ricos en peces como puedan ser zonas de la Costa Brava (donde también crían casi 50 parejas) o de la comarca barcelonesa del Maresme, donde comparten plácidamente su espacio con bañistas respetuosos a su presencia, aunque también con algunos peligros. Sin duda el cormorán moñudo, que ya poblaba en tiempos de romanos y cartagineses el Mediterráneo, es un buen indicador de la calidad de sus aguas y costas. Su conservación, tanto en sus áreas de cría como de ‘invernada’ es vital a la vez que símbolo inequívoco de lo que el concepto de Mare Nostrum significa . En el blog http://cormoranmediterraneoiberico.blogspot.com.es/ hay más información sobre esta especie. Ricard Gutiérrez | Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat de Catalunya    
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Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry
Planeta sostenible

Avistamiento de cetáceos a bordo de un ferry

Navegar por el Estrecho es un espectáculo para los sentidos. Sonoro, por las olas del mar que hacen bailar al buque a su son; olfativo, por el olor a brisa marina; pero, sobre todo, visual.   El paisaje que presenta la travesía ve incrementada su belleza por las especies marítimas que se pueden descubrir con tan solo pasar un rato mirando el horizonte desde cubierta. Delfines comunes y listados, rocuales comunes, cachalotes… son compañeros habituales de las rutas que realizan los buques de Baleària por el estrecho de Gibraltar. Un entorno que investigadores aprovechan como plataforma científica para realizar censos de especies marítimas a bordo.     Observadora avistando     Los ferries, medio para estudiar los cetáceos Gracias al acuerdo alcanzado en 2018 entre la Fundación Baleària, investigadores de la Universidad de Cádiz y la Asociación Ecolocaliza-TE, se han realizado ya 142 avistamientos de más de 3.000 cetáceos entre delfines y ballenas. Estos estudios se enmarcan dentro del proyecto común denominado 'Los ferries, medio para estudiar los cetáceos' y está coordinado por la bióloga marina Alessia Scuderi. «Es importante realizar este tipo de investigaciones ya que aumenta nuestros conocimientos sobre estas especies protegidas permitiendo un monitoreo a largo plazo que cubre todas las temporadas, llevándolo a cabo de forma sostenible a través de los ferries de Baleària», afirma.     Cría de un mes de delfín mular     Una vez finalizada la Operación Paso del Estrecho (OPE), la Asociación Ecolocaliza-TE ha reanudado los censos de monitoreo en el que participan voluntarios y voluntarias a bordo del Passió per Formentera o el Poeta López Anglada. «Queremos agradecer la implicación de los tripulantes de los buques involucrados, por la increíble acogida y el interés que demuestran cada vez que nos embarcamos», comenta Scuderi.     Delfín común


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Avistamientos de fauna marina en familia
Planeta sostenible

Avistamientos de fauna marina en familia

Aprender a observar el mar Mediterráneo, conocer a través de la experiencia personal las diferentes especies de fauna marina que en él habitan. Un grupo de empleados de Baleària, junto con familiares y amigos, recientemente pudieron comprobar de primera mano en qué consisten las tareas de observación y conservación del medio marino a bordo del ferry Nápoles. Para muchos jóvenes grumetes también era su primer viaje en barco, por lo que “la experiencia fue doblemente emocionante”, comenta Laia Bort, responsable de Consignaciones de Barcelona.   Esta experiencia es fruto del convenio de colaboración entre la Fundació Baleària y la Generalitat de Catalunya, de tal forma que la naviera pone a disposición de dicha entidad su flota que opera desde Barcelona a Baleares para el estudio de la biodiversidad marina. Cada mes realizan un viaje de avistamiento de media. A continuación te contamos la experiencia que compartieron con empleados de la naviera. Viaje de ida: rumbo a Ibiza La expedición partía un viernes por la noche, desde el Port de Barcelona hacia Ibiza. Los participantes fueron recibidos por el personal de a bordo y se les acomodó en diferentes camarotes. Pasaron la noche navegando y por la mañana tuvieron tiempo de almorzar en Ibiza y descubrir los encantos de Dalt Vila, el casco antiguo de la ciudad, antes de embarcar de nuevo, y aprovechar el viaje de vuelta del mismo buque para realizar la observación durante el día. [caption id="attachment_2145" align="aligncenter" width="1000"] Ricard Gutiérrez, durante la charla divulgativa previa al avistamiento.[/caption] Viaje de vuelta: Aprender a observar el mar. Repartidos en dos turnos, los 20 participantes de este avistamiento recibieron primeramente una charla instructiva sobre la labor que realiza la Generalitat en el estudio y control del número de especies que habitan en el Mediterráneo.  Además, se les explicó las diferentes características de las que comprenden el ecosistema marino autóctono. Una vez adquiridas las nociones básicas, visitaron el puente de mando del Nápoles para realizar la observación. Gracias al buen estado del mar, las medusas, peces luna, delfines rayados y aves marinas se dejaron ver fácilmente provocando el asombro de los asistentes. Pero, además, tuvieron la suerte de poder ver ejemplares que por sus características causan más admiración. Sin duda, las estrellas de la jornada fueron una tintorera (tiburón azul),  que avistó muy cerca del ferry una joven visitante, y dos ejemplares de rorcuales comunes, la segunda ballena más grande del mundo, que se dejaron ver a 30 millas náuticas de la llegada al puerto barcelonés. [caption id="attachment_2154" align="aligncenter" width="1000"] Fumareles comunes migratorios fotografiados durante el avistamiento (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Durante la jornada, y contando con las sesiones de los dos grupos, se observaron 4 especies de tiburones y túnidos (tintorera, marrajo, pez espada y atunes), 4 de cetáceos (2 rorcuales, 9 calderones grises, un delfín mular y 117 delfines listados), 7 especies de aves marinas (gaviota patiamarilla, pardela balear, fumarel común, gaviota enana, paíño mediterráneo, frailecillo y pardela mediterránea) y 2 aves terrestres migratorias (bisbita arbóreo y golondrina común). “El record anual. No sólo por ‘la mar llana’, como se suele decir en términos marítimos, que hubo ese día, sino también por la precisión de los observadores marinos que demostraron tener conocimientos de los habitantes del Mare Nostrum”, afirma Ricard Gutiérrez, técnico de fauna litoral y marina de la Xarxa de Rescat de Fauna Marina de la Generalitat. [caption id="attachment_2152" align="aligncenter" width="1000"] Delfines avistados durante la jornada (foto: Ricard Gutiérrez).[/caption] Laura Sánchez, Comercial de la zona de Catalunya, quien repetía por segunda vez la expedición en familia, califica la experiencia de “muy gratificante porque ayuda a observar el mar con detenimiento y a conocer las diferentes especies a través de la experiencia vivida”. Además, todos los participantes coincidieron en que es una actividad que permite relacionarse con compañeros de trabajo fuera del ámbito laboral. [caption id="attachment_2150" align="aligncenter" width="1000"] Durante la jornada se avistaron un total de 115 especies.[/caption]


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