Fue la canción del verano... de 1968. Se llama 'El Puente' y aun hoy, medio siglo después de grabarla, se sigue oyendo la voz de Helena Bianco, la cantante de Los Mismos, diciendo aquello de “Será maravilloso, viajar hasta Mallorca... Sin necesidad de tomar el barco o el avión... Sólo caminando en bicicleta o auto-stop”.
Su compositor, Ricardo Ceratti, confesó que había pensado en Bianco al poner letra a la canción, pues a ella no le gustaba navegar ni volar, y cuando se presentaron hace 50 años en el Festival Internacional de la Canción de Mallorca llegaron por vía marítima. Pues el deseado puente Valencia-Mallorca ni está ni se le espera.
Aquel puerto de Palma del 68, que era muy diferente al actual, tiene el origen en el mismo sitio donde ya atracaban barcos en 1273, en tiempos de Jaume I (nombre de uno de los catamaranes de alta velocidad de Baleària) y ha ido creciendo progresivamente hacia el sur y oeste con nuevos pantalanes, muelles y terminales, unidos por el largo paseo marítimo de la ciudad. La línea de atraque de los últimos años ha aumentado en centenares de metros, pues la demanda de compañías de cruceros ha crecido exponencialmente, aunque los buques que siempre llegan de manera fiel y puntual a Palma, sea la temporada que sea, son los de línea regular y ahí Baleària tiene un gran peso, tanto en el número de escalas como en las estadísticas del puerto más grande de Balears.
[caption id="attachment_1919" align="aligncenter" width="800"] Vista de la catedral de Palma desde el puerto.[/caption] La relación entre Baleària y Palma se remonta al mismo año de la fundación de la compañía, 1998, cuando solo se operaban dos líneas: Eivissa-Formentera y Dénia-Eivissa-Palma. De madrugada, a las 01:15AM, el Bahama Mama, ferri asignado actualmente a esa línea, amarra en el muelle de poniente. Camiones, turismos y pasajeros desembarcan en una ciudad que en su mayoría ya descansa, como también lo hará el barco y su tripulación durante las seis siguientes horas. A las 05:30 AM llega el segundo buque del día operado por Baleària, el ferri Visemar One, procedente de València, que poco antes de las seis de la mañana ya tiene su rampa de vehículos bajada en su amarre habitual del Dique del Oeste. Los primeros camiones bajan, los pasajeros con coches privados les siguen y los autobuses fletados por la naviera acercan a las terminales los pasajeros que viajan sin vehículo. A las 06:30 AM, muy cerca de donde está el Visemar One, finaliza la maniobra de atraque del Abel Matutes, que es el barco con mayor eslora de la compañía y que dispone de un motor propulsado por gas natural para sus aproximaciones y estancias en puerto. Llega desde Barcelona y tiene asignada de manera prácticamente fija la línea entre la capital de Mallorca y la de Catalunya. Su rampa de vehículos también se baja para dar servicio y abastecer la isla. [caption id="attachment_1925" align="aligncenter" width="800"] El ferri Nápoles de Baleària, uno de los habituales del puerto de Palma.[/caption] Cuando ya clarea, a las 07:30 AM, llega el cuarto barco de Baleària a Palma: el Nápoles. En este caso procedente de Eivissa, donde ha hecho escala tras partir de València. Este ferri, gemelo del Sicilia, es el tercero de la compañía que queda también amarrado en la zona del Dique del Oeste, y cuando sus pasajeros y vehículos empiezan a desembarcar, en el Bahama Mama sucede todo lo contrario: prácticamente todo el pasaje y la carga rodada que se lleva en bodega está ya a bordo, puesto que su salida es inminente. [caption id="attachment_1926" align="aligncenter" width="800"] El ferri Bahama Mama de Baleària.[/caption] A las 08:00 AM puntualmente, y ya con la luz del sol, el Bahama Mama empieza a moverse y ayudado por las hélices auxiliares se aparta del muelle de poniente. Pocos minutos después, deja la catedral a babor y vira a estribor para empezar a navegar por la bahía. Sus destinos serán de nuevo Eivissa y Dénia. Dos horas después, a las 10:00 AM el Nápoles hará lo mismo desde la alineación del Dique del Oeste. Su destino también es la pitiusa mayor y posteriormente seguirá el viaje hacia València. A las 11:30 el Visemar One acaba de cerrar su rampa de popa, suelta amarras y como los barcos anteriores vuelve a pasar frente a la catedral de Palma, que junto a Bellver son los edificios más icónicos de la ciudad y una de las primeras y últimas visiones de Palma tanto de pasajeros como de tripulantes. Mientras el buque enfila la salida del puerto rumbo a València, el Abel Matutes remata la operación de embarque y se prepara para partir. [caption id="attachment_1920" align="aligncenter" width="800"] El ferri Abel Matutes, amarrado en el puerto de Palma.[/caption] A las 12 del mediodía, este último ferri, que tiene 190 metros de eslora, zarpa. Es el cuarto ferri de Baleària que une Palma con otros puertos. En este caso deshace el camino de ida: cruza la bahía, dejando a estribor Illetes, Portals Nous, Magaluf y Portals Vells, alcanza Cala Figuera para virar al oeste y luego al norte con rumbo a Barcelona. Como la vida es cíclica, como aquel puente a Mallorca de la canción ni está ni se le espera, como la compañía tiene un compromiso con sus clientes de carga y viajeros...así como con las islas, la operativa de los cuatro buques no es algo anecdótico, pues 14 horas después de zarpar el último buque de la mañana todo vuelve a empezar: el Bahama Mama llega de madrugada a Palma, luego regresa el Visemar One, posteriormente el Abel Matutes y el Nápoles. Y así pasan los días de los ferris de Baleària: uniendo puertos, comercio, economía y personas. Javier Ortega Figueiral |@Sr_JOF