Pla de Corona, un paseo entre almendros ibicencos

Por Judit Binefa | Periodista


Entre los meses de enero y marzo, durante la floración de los almendros, toda la isla de Eivissa aparece salpicada de delicadas flores rosáceas, pero es en el Pla de Corona, en Santa Agnès, donde el estallido blanco adquiere su máximo esplendor. Cuando el campo ibicenco se cubre de un manto blanco es tradicional entre los habitantes de la isla aprovechar un domingo soleado para recorrer los ocho kilómetros del camino que rodea la extensa llanura de Corona. Se trata de un recorrido llano y en su mayor parte asfaltado, que empieza y acaba en el núcleo de Santa Agnès. El campo se Corona se tiñe de un gran manto blanco que ofrece la floración de los almendros. Hasta hace relativamente pocos años, este cultivo ha tenido una gran importancia para la agricultura ibicenca. Durante mucho tiempo, las almendras eran moneda de cambio, un valor seguro que como tal era administrado por el cabeza de familia. [gallery type="slideshow" columns="1" link="none" size="large" ids="180,181,182,183"] Las almendras son también el ingrediente básico de unos de los postres más emblemáticos de las Pitiusas, la salsa de Nadal (salsa de Navidad), que todavía hoy se prepara en muchas casas durante las fiestas navideñas. Se trata de una salsa líquida, más o menos espesa, y cuyos ingredientes y receta varían según quién la prepare. Normalmente suele llevar caldo de carne, almendras, huevo, azúcar, canela y clavo. Se toma mojándola con el bescuit de Nadal (bizcocho de Navidad). A lo largo del camino, además de disfrutar de los centenares de almendros en flor cuyos pétalos iluminan el paisaje, se encuentran diversos puntos de interés. El primero, el pozo de Corona, con dos antiguos abrevaderos. Siguiendo el camino, a poco más de dos kilómetros del inicio, se llega a la zona conocida como Ses Portes del Cel (las puertas del cielo), un excepcional mirador desde el que se divisa la abrupta belleza de los islotes de Ses Margalides y los acantilados de Es Amunts. Cerca de esta zona se encuentran los restos arqueológicos de una casa payesa de época musulmana, conocida como Sa Penya Esbarrada. La excursión a Santa Agnès no puede terminar sin la visita al tradicional bar Can Cosmi, situado al lado de la iglesia, en cuya terraza se sirven desde hace años las tortillas más conocidas y sabrosas de la isla. Judit Binefa | Periodista
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