Al suroeste de Mallorca y en las estribaciones de la Serra de Tramontana encontramos el escenario perfecto para disfrutar de la naturaleza por partida doble: paseos encantadores por caminos a través de la montaña y, como colofón, llegaremos a algunas de las mejores calas de toda la isla en las que sumergirnos en snorkel y sorprendernos de un mar desbordante.
Y es que esta época es probablemente la mejor del año para disfrutar del entorno y los paisajes de Mallorca, que solo se saborean bien cuando se abordan lentamente, degustando cada rincón y cada momento. La luz y la explosión de vida son ahora perfectas, sin mucho calor para buenas caminatas, ni frío disuasorio para luego meternos en el agua.
El recorrido que ahora os proponemos es Cala En Basset. Podemos dejar el vehículo al final del Camí de la Trapa, donde empieza el sendero de tierra y desde aquí comenzar un recorrido que nos conducirá en algo menos de una hora a través de pinos y de los sonidos de las aves, y en el que también es probable que encontremos cabras por la montaña. En principio hay que seguir el camino pero como no hay indicaciones, tenemos que tener cuidado de no desviarnos hacia otros destinos próximos como Torre En Basset, un precioso mirador pero desde el que no se llega a la cala.
Las salpas se mueven en grandes grupos
Pronto tendremos una visión pictórica y cenital de nuestro destino, la pequeña y exclusiva cala a la que también podemos llegar en kayak, otro perfecto maridaje con el snorkel.
El agua es realmente sorprendente. Nos espera un mar transparente de tonos turquesa que esconde mucha vida y paisajes variopintos. Nuestro recorrido nos llevará a seguir las paredes de la costa, salpicadas de innumerables formaciones rocosas sumergidas, algunas de las cuales salen a la superficie formando escullos y pequeños islotes. Las rocas están tapizadas de coloridas algas y son transitadas por pequeños peces como bogas, llisas y alevines de salpas, que buscan en las someras aguas litorales refugio y protección mientras otros más grandes como sargos y doradas están merodeando a la caza.
El fondo de roca da paso a una exuberante pradera de posidonia. Si nos fijamos tal vez podamos ver el fruto de esta planta marina, una especie de oliva que se dispersa con la corriente, flotando en superficie hasta que la semilla se hunde y, con suerte, arraiga en el fondo para culminar su ciclo reproductivo.
La posidonia está ahora verde y llena de vida
También podemos encontrarnos con un tunícado, un curioso animal de aspecto gelatinoso que se desplaza a la deriva, filtrando el agua de la que obtiene sus nutrientes y que, aunque pueda parecernos una medusa no tiene nada que ver con ella y no es peligroso, pero lo mejor es no tocar nada ni molestar a las especies.
Una excursión con puro sabor mediterráneo para una escapada a Mallorca. Recomendaciones: Calzado de senderismo, agua, protección solar, equipo de snorkel (gafas y tubo, aletas) y, aunque el agua está buena para el baño, si queremos alargar la estancia puede ser interesante un traje fino de neopreno.
El tunicado va a la deriva y se alimenta filtrando el agua